En la tarde, tocan la puerta del privado de Ishtar -adelante- entra Diego, con muy mala cara; ella lo observa y pregunta – ¿Qué pasa Diego?
Diego –licenciada, tuvimos un percance
Ish – ¿qué ocurrió?
Diego– nos fuimos rebeldes en una audiencia
Ish toma aire, con calma pregunta – ¿Qué audiencia?
Diego –de Grupo Mert, la primera, contestación a la demanda
Ish – ¿ya comparecimos?
Diego –no, creo que no
Ish – ¿cuándo pasó?
Diego –hoy temprano
Ish – ¿quién debía llegar?
Diego – ¡eh!… yo
Ish azota su mano en el escritorio con la mirada lo fulmina haciendo evidente la furia, contrastando con su voz baja que le pregunta lento y con calma. – ¿porque no llegaste?
Diego – es que se me hizo tardé, había tráfico
Ish – ¿no deberías de estar quince minutos antes de la hora?
Diego –Si, pero pase mala noche y me quede dormido; lo lamento, licenciada; ¿qué puedo hacer?
Respira profundo y lo observa unos instantes – ¿porque no has ido a ver a Josué? ¿Por qué no avisaste a tiempo para que alguien más fuera?
Diego –llame a Gladis pero estaba aquí; Jorge estaba en otros más lejos. No se me ocurrió molestarlos con mi trabajo…
Ish, conteniendo la calma y paciencia le explica –normalmente, sí tienes un contratiempo y sabes que llegarás tarde o puede ocurrir algo así, llamas a alguien con algo de tiempo para que te apoye. Compañero, auxiliar, socios, hasta el director.
Diego –Si, es que… eh…
Ish lo corta –siempre les recuerdo que trabajamos en equipo. Somos una gran familia, debemos hacernos cada quien responsables de las decisiones que tomamos; erróneas o no. Y debemos apoyarnos entre todos – se levanta de la silla– ¿qué es mejor un cuestionario y un que no vuelva a pasar? O ¿un regaño por una falta de comunicación y valor para pedir ayuda?
Diego –el pedir ayuda
Ish – ¿porque no has ido con Josué?
Diego –no está en su Oficina
Ish – ¿Quién es el abogado?
Diego –el Lic. Juanjo…
Ish hace una mueca, contrae sus labios – ¿y porque no le llamaste para pedirle que te esperará?
Diego –no tengo su número
Ish – ¿porque no lo conseguiste? Los actuarios lo tienen, o cualquiera de nosotros, tal vez Lola –silencio– los abogados estamos para solucionar problemas, no crear más a nuestro cliente. ¿A qué hora llegaste?
Diego –ya no llegue…
En grito de exasperación y rabia Ishtar exclama. – ¡¿qué?! ¿Cómo porque creíste que no era necesario que llegaras? Aunque fuera tarde, tal vez iban atrasados, tal vez te esperaron, debías conseguir la fecha de audiencia… ¡¡¡para intentar hacer algo!!!
Diego, encogido como un ratón, intenta justificarse –es que… eh…
Tocan la puerta y se abre, Ishtar exaltada, da vueltas por su Oficina; entra Josué, con mala cara; al mirar a Diego qué tiene un semblante de moribundo arrepentido; arquea una ceja observándole, poniéndose más que furioso; exclama – ¡aquí estas!
Ish lo mira sorprendida al ver que tiene la mirada como toro, clavada en Diego – ¿Qué…?
Josué señala molesto a Diego – ¡él! ¿Sabes que Diego no llegó a una audiencia de Mert!?
Ish, intentando calmarlo, le dice – eso me estaba contando…
Josué dice aun molesto rodeando la oficina de Ishtar hasta estar frente a Diego –vengo de estar con Juanjo; me dijo que no es la primera vez, que siempre llega tarde, siempre anda pidiendo favores para que lo hagan comparecer, o para diferir –Ish se recarga en su escritorio, y observa a Diego, con la mandíbula tiesa y rabia en la mirada– Hoy fue la segunda audiencia de ese expediente, ya había comparecido; sino es por Juanjo que es más que buen amigo y colega, perdemos ese asunto. Me llamó ¿que sí no íbamos a llegar y contestar? Tuve pedirle me hiciera el favor de hacerme comparecer y me difiriera la audiencia; a cambio de arreglar el asunto. Más de media hora después, empezó la audiencia, Juanjo lo estuvo esperando y no llegó Diego; ¡nunca fue!
Diego –no se necesita pagarle…
Josué lo mira con espanto – no señor, mi palabra vale, cuando uno se compromete ¡cumple!
Ishtar un poco aturdida pregunta incrédula– ¿a cuántos les has prometido y qué?
Diego comienza a tartamudear, sin decir nada concreto; nervioso desviando la mirada al aire, techo, suelo, con gran susto en la cara.
Josué que iba a sentenciar es detenido por Ish, con un gesto.
Ish toma aire como un gesto de máximo esfuerzo por mantener la calma– haber Diego, vamos por los expedientes que tienes a tu cargo –dirigiéndose a la puerta, la abre para que salgan
Diego pregunta miedoso – ¿me van a correr?
Josué con su voz ronca, molesta y mandona responde en seco –aun no decido
Salen hacía el cubículo de Diego. Ishtar manda a traer a Hannah, que llega tras ellos, mientras Josué comienza a revisar los expedientes que tiene Diego a cargo.
Ish –Hannah, ¿Cuántos expedientes tiene Diego a su cargo?
Hannah sorprendida y pensativa –ehm… -saca su móvil y busca en el- sesenta y dos, todos en las juntas laboral, para que no tenga que desplazarse de un lugar a otro.
Ish – ¿y cuál es su rendimiento de trabajo?
Hannah –regular; solo lleva esos asuntos, tiene entre seis y ocho audiencias al día, de los expedientes que tiene ninguno lo ha resuelto, arreglado, ni avanzado. Actores o demandados, en conjunto.
Josué – ¿Por qué esta aun trabajando con nosotros?
Hannah –ehm… pues porque cubre las audiencias.
Josué – ¡hasta uno de los que hacen su servicio puede ir a las audiencias a diferirlas!
Ish mira a Hannah suplicante, se alejan un poco mientras Josué sigue revisando los expedientes, como buscando algo mal.
Hannah – ¿Qué ocurre?
Ish – Diego, no llego a una audiencia de contestación a la demanda, está mañana. Se hubiera perdido, sí no fuera con Juanjo, que le llamó a San… digo a Josué –apenada por la confusión, toma aire y continua- y le contó que Diego solo las difiere, a veces no llega, pide favores; y lo peor no fue eso, sí no que ha hecho promesas vacías, de quien sabe que cosas a todos los abogados.
Hannah sorprendida se cubre la boca – ¡Rayos!
Ish –lo que lo encabritó, fue el que le sugirió que no cumpliera con su palabra. Además con Juanjo, no se juega. Sí le prometes le cumples. O te metes en problemas y pierdes un aliado.
Hannah –eso he escuchado; no lo conozco… pero que fuerte. Y luego a Josué, que lo más valioso es su palabra. Iré con Dakota a preparar un acta y la renuncia de Diego; por si acaso. –se va