Perspectiva: Katherine Berdún.
Villa Limes, Dominicus 21 de December del 1568.
Muchos consideran que soy una persona afortunada, por que nací en una familia muy acomodada. Mi madre es una exsacerdotisa de la Iglesia de la Diosa Fenicia, con lo cual, tiene muchas ventajas, como el acceso a la biblioteca, recibe un excelente sueldo mensual, tiene algo de poder en decisiones sobre la villa y la iglesia, entre muchas otras; mi padre es un pequeño Burgués al servicio del Terrateniente, aunque no lo parezca, es dueño de una cantidad considerable de parcelas en el Valle de Fer, y gana mucho dinero; mis hermanas nacieron con dones y adquirieron habilidades, que les permitieron unirse al Departamento de Orden Público, pronto, se convirtieron en unas guardias muy fuertes; a medida que se hicieron más poderosas, la División de Fuerzas de Élite se interesó en ellas y les permitieron unirse con un cargo suboficial, como resultado, abandonaron su puesto como guardias e iniciaron los trámites para transferirse; seguramente, hubieran tenido una vida privilegiada en la Capital Imperial.
Por mi parte, tengo el privilegio de nacer con dones increíbles: Curación, el cual, me otorga un poder curativo de la mejor clase, puedo regenerarme de casi cualquier herida; sin embargo, tiene dos debilidades, que me corten la cabeza, o destruyan mi corazón; fuera de eso, soy prácticamente inmortal, en sentido figurado por supuesto, ya que este don no puede hacer nada en contra del envejecimiento natural; adicionalmente, mis hechizos curativos consumen un 50% menos de Unidades Mágicas, y son 100% más poderosos; también tengo la cualidad de compartir mi poder curativo a través de mi sangre, aunque eso solo funciona una vez al día durante 10 minutos. Mi otro don se llama Multi elemental, que me permite adquirir fácilmente afinidad a otros elementos, proporciona un aumento significativo de mis Unidades Mágicas, y tengo una extraña facilidad para aprender cosas relacionadas con la magia como hechizos, Círculos Mágicos, Encantamientos, entre otros; como resultado, tengo afinidad a 3 atributos, he aprendido numerosos hechizos, y poseo una vasta cantidad de Unidades Mágicas. Durante mi niñez, estos dones funcionaban parcialmente, por ello, solo recibía unos cuantos beneficios, pero fue suficiente para ser considerada un genio; se podría decir que estoy viviendo una vida de ensueño. No obstante, nada es lo que parece.
La luz y la oscuridad habitan en todos, me gustaría creer que se encuentran equilibradas, pero mi experiencia de vida, me dice que hay más maldad que bondad, y muchas veces, es más fácil destruir que crear. Nada es perfecto en este mundo, el poder y las riquezas tienen sus consecuencias en las personas, las corrompen, las convierten en individuos malvados y sin escrúpulos; por supuesto, mi familia no es la excepción a la regla. El poder convirtió a mi madre en una mujer maquiavélica, todo debe hacerse según su voluntad, y no hay espacio para los errores. El dinero transformó a mi padre en un pusilánime, como consecuencia, se volvió servil y sumiso ante gente más poderosa que él; en la casa, no pasa de ser un esbirro más al servicio de mi madre; por ello, debíamos vivir humildemente según las enseñanzas de la Diosa Fenicia. Mis hermanas se volvieron arrogantes, creían que por tener dones y habilidades, eran completamente invencibles; eso las llevó a una horrible muerte que tuve la desdicha de presenciar.
Desde muy niña, fui presionada hasta el límite para convertirme en todo lo que mi madre quería que fuera, una persona talentosa, inteligente, poderosa y hasta bondadosa, en fin, algo imposible de lograr; sin embargo, eso no la detuvo de obligarme a estudiar, practicar magia, etiqueta y muchas otras cosas, cada vez que cometía un error, me golpeaba; como consecuencia, poco a poco, mi corazón se perdió en la oscuridad, hasta que finalmente me convertí en una mala persona. No es que odie a mi familia ni nada parecido, al fin y al cabo, ellos son todo lo que tengo; simplemente, he visto su lado oscuro, y me es muy difícil ignorar esos detalles.
En la escuela, pude dar rienda suelta a todo mi resentimiento, disfrutaba del sufrimiento ajeno, de hecho, aún lo hago; me hice amiga de muchas chicas, y juntas molestábamos a cualquiera que nos daba la gana, particularmente, a una niña mitad Gelum, el hecho de que se resistiera, era aún mejor. Pero había un niño que la defendía a capa y espada, eso me irritaba, así que también le molestaba; sin embargo, ese niño nunca lloró, y por el contrario, se preocupaba por mí, y también es muy inteligente; pronto, me superó en muchas cosas que creí era la mejor, siempre era amable conmigo, me saludaba con una sonrisa, y hasta me ayudaba cuando lo necesitaba; simplemente, no podía entender su comportamiento. Pensé que lo hacía por alguna razón, ya sea para tomar provecho de mí, y de esa mitad Gelum, o cualquier otra cosa; pero eso nunca sucedió.
Antes de darme cuenta, toda mi atención estaba dirigida a ese niño llamado Agis Jardiel, no podía aceptar una existencia como él, debía demostrar que también era malo, pero nunca pude comprobarlo; de vez en cuando, me preguntaba: ¿Katherine es una niña mala? Eso me molestaba, por que en verdad lo era, aun así, nunca pude decirle eso; extrañamente, no le quería defraudar, por ello, cedía a sus tontas peticiones para que estuviera contento. Antes de darme cuenta, había abandonado aquellas falsas amigas y solo me juntaba con Agis.
A medida que mejoraba en mis estudios, las peticiones de mi madre se volvieron cada vez más irracionales, y la maestra Idara me presionaba constantemente. Un día, me entregaron un libro de magia avanzada, dijeron que debía comenzar a aprender Artes Simples y Especiales mucho más fuertes, así que me dieron 3 semanas para realizar algún hechizo de ese libro; fue algo absurdo, y por supuesto que no lo logré, sin embargo, eso no le importó a mi madre, y me golpeó sin compasión; en ese entonces, mi don no había despertado, así que me dejó muy lastimada, y para que nadie lo notara, utilizó hechizos curativos; luego, me dio más libros para "ayudarme" en mi aprendizaje, y si esta vez no lo conseguía, el castigo iba a ser aún más grave; eso me asustó, estaba contra la pared, no entendía nada de esos escritos. Entré en desesperación, pero luego, una idea vino a mi mente, culpar a alguien más, así que puse aprueba a Agis, a ver si era tan bueno e inteligente; si fracasaba, tenía pensado inculparlo de interferir en mis estudios y de dañar los libros de magia; aunque de todas formas me castigarían, él también sufriría, y probablemente, mi madre no me golpearía tanto.
Con una competición de la cual estaba segura que ganaría, y una actuación de niña inocente, convencí al ingenuo de Agis; sin embargo, una vez más superó todas mis expectativas, él entendía los libros y me enseñó con mucha paciencia. Antes de darnos cuenta, habíamos aprendido muchos hechizos, y en verdad comencé a considerarlo como mi amigo. Conviviendo con él y su familia, mi oscuro corazón fue irradiado por la luz, en ese momento, traté de ver el lado bueno de mi familia. Poco a poco, desarrollé un afecto por mis padres y hermanas, por primera vez en mucho tiempo, mi madre fue cariñosa y amable; mi padre permanecía más en casa y podía divertirme con él; mi relación con mis hermanas mejoró bastante, habíamos construido un fuerte vínculo, y ellas comenzaron a llamarme "Kithy" cariñosamente. Definitivamente, esos fueron momentos dorados.
Siempre creí que este mundo era cruel y despiadado, por eso lo odiaba, sin embargo, los momentos felices que viví con mi familia, me convencieron de que también había amabilidad y cariño; por desgracia, esa felicidad no duró demasiado. Los monstruos atacaron y entraron en la villa, afortunadamente, Agis estaba conmigo, eso me hizo sentir segura. Mientras nos dirigíamos a los refugios, vi a mis hermanas corriendo a la batalla, debía detenerlas, tenía miedo de perderlas, en verdad, yo las amaba, pero ellas murieron frente a mis ojos, y mi mundo se derrumbó. Antes de darme cuenta, Agis me estaba cargando en sus brazos, protegiéndome de los monstruos, pero no fue lo suficientemente fuerte, y recibió un duro golpe; yo estaba en shock y no pude hacer nada. Al verlo sangrando y con moretones, me di cuenta de lo importante que él es para mí; sin embargo, no pude protegerlo; por suerte, su hermano nos salvó ese día.
El ataque de los monstruos finalizó cobrando la muerte de muchas personas, pero mis desgracias todavía estaban lejos de acabar. A partir de ese momento, mi madre se enfocó por completo en mí, incluso fue más condescendiente y amable; aun así, me presionó más allá de cualquier límite. Por otro lado, mi padre solo me decía que fuera obediente; fue entonces cuando me di cuenta que mi tortura había comenzado.
Pese a todo, Agis permaneció a mi lado, gracias a él, pude soportar los momentos difíciles; cuando estábamos juntos, un sentimiento de calidez se extiende en todo mi cuerpo, me dan muchas ganas de abrazarlo y nunca separarme de él. No voy a engañarme a mí misma, estoy fuertemente enamorada de Agis, pero aún no he reunido el valor para decirle mis sentimientos, además, quiero mostrarle mi verdadero yo; por eso, debo esperar el momento adecuado, y eso será cuando lo tenga en la palma de mi mano, y para ello, voy a convertirme en su esposa a toda costa, nadie se va a interponer en mi camino.
Hace un tiempo, nos dieron unas cartas en las que indicaba nuestra Clase y Profesión; por orden de mi madre, me convertí en Curandera, como resultado, debo unirme a la iglesia como sacerdotisa. Detesto mi Clase, no quiero prestarle mi poder a personas que no lo merecen, desde hace mucho, he decidido que solo voy ayudar a mis seres queridos, especialmente a Agis, quien ha hecho mucho por mí, mientras que yo no he podido hacer nada. Por más dones, Unidades Mágicas y habilidades que tenga, no me han servido de nada cuando trato de ayudar a quienes me importan. Me he devanado los sesos buscando una forma de retribuirle, aunque él me dijo que no era necesario, debo hacerlo, si no lo hago, ¿Cómo podría considerarme su amiga? Aunque ese término se queda muy corto para definir nuestra relación. Por ahora, lo único que se me ha ocurrido es entregarle mi cuerpo, aunque todavía soy muy joven y aun no estoy lista, he decidido esperar hasta que sea adulta.
Ahora mismo, estoy enfrentando una crisis, creí que ser una sacerdotisa solo implicaba unirme a la iglesia y quedarme en esta villa; pero debido a mi poder, mi familia decidió que debía irme a la Capital Imperial para iniciarme y mejorar mis capacidades. Parece que mis dones y habilidades son un estorbo más que una ayuda; desearía no tenerlos, al menos podría permanecer al lado de Agis. De cualquier forma, el día de hoy debo viajar a la capital, así que, en este momento, me encuentro en la Puerta Norte acompañada de mis padres, Agis, Bel y la hibrida Leila.
- Katherine, es una lástima que te vayas, en verdad, me vas hacer mucha falta. – Agis me habla un poco cabizbajo.
- Agis también me va hacer mucha falta. – Hablo en tono triste.
- Es una pena que Katherine se marche, – la hibrida habla en tono monótono – te voy a extrañar.
- Aaa si, también voy a extrañar a Leila. – respondo intentando parecer cortés.
- Katherine, espero que te vaya bien en tu viaje a la capital. – Bel me habla con tono animado.
- Gracias Bel, voy a esforzarme al máximo para ser la mejor sacerdotisa. – hablo en tono alegre.
Últimamente, esa mitad Gelum no se aparta de Agis en ningún momento, en verdad, es una molestia; desearía que fuéramos solo él y yo, pero no se puede hacer nada, debo soportarla ya que Agis la aprecia mucho. Viéndola detenidamente, esa hibrida se ha vuelto muy bella, eso me molesta aún más, Agis mira demasiado su escote; eso no es bueno, a pesar de todos mis intentos por ser bonita, aun no se fija en mí.
Desde hace un tiempo, me di cuenta que Agis es un chico de gustos simples, le fascinan las chicas de pelo largo, con buen cuerpo y muy voluptuosas, en verdad, los chicos no se fijan en lo importante. Pero debo verlo por el lado positivo, si cumplo con esos parámetros, no cabe duda que se va a interesar más en mí, así que la tengo fácil, soy toda una belleza, estoy segura de que en unos años, mis pechos y trasero crecerán, entonces, nadie se va a resistir a mis encantos; fufufufu, solo espera un poco más Agis.
- ¿Cuándo volverás Katherine? – Agis me pregunta con inquietud.
- La verdad no lo sé, madre dijo que después de la iniciación, debo hacer ciertas pruebas y realizar mis votos a la Diosa Fenicia.
- Que mal, ¿entonces como nos volveremos a ver? ¿tu mamá de casualidad sabe cuando vuelves? – Agis observa a mi madre, quien está hablando con la monja que me va a acompañar en mi viaje.
He notado varias veces como Agis mira a mi madre y luego me ve a mí, seguramente, nos está comparando. Tengo que reconocerlo, madre es una mujer hermosa, tal vez, él cree que me volveré como ella, pero está equivocado, yo voy a ser aún más bella; además, ¡ella tiene más de 70 años! Aun que se vea joven, sus días de gloria terminaron hace mucho tiempo; no obstante, si reflexiono sobre ello, es probable que le gusten las mujeres mayores; eso es un problema, debo hacer algo al respecto.
- Ella tampoco lo sabe. Esto de unirse a la iglesia toma un tiempo muy variado, pero puede que me tarde varios años. – expreso mis estimaciones.
- ¡que! – Agis se sorprende – entonces será más difícil que nos encontremos.
- ¿he? – ahora yo soy la sorprendida – ¿de qué estás hablando?
- Es que me voy a convertir en Aventurero, – habla con expectación – cuando cumpla los 15, voy a viajar por todo el mundo, así que, si vuelves, puede que yo me encuentre muy lejos.
¡Mierda! Creí que se uniría al Cuerpo de Caballeros, o a la División de Fuerzas de Élite, de esa forma, lo enviarían hacer el curso de suboficial en la capital y podríamos vernos. ¡Este chico! Es muy brillante para muchas cosas, pero cuando se trata de mujeres y trabajo, es un idiota.
- Aaaa ya veo..., con que Aventurero, – hablo tratando de parecer calmada – cuando lo dijiste aquella vez, pensé que estabas bromeando.
- Lo dije en serio, además, no me gusta el ejército. – habla con tranquilidad.
- Entonces podrías haberte unido a la iglesia como yo, en este momento estarías viajando conmigo.
- Katherine, tu sabes que no me gusta eso de la iglesia, ya tuve suficiente de las monjas; ¡pero no te preocupes!, que tú te conviertas en una, no quiere decir que comience a pensar mal de ti. – habla con tono agitado.
- Ya lo sé, no te preocupes por eso. – retomo la conversación – Entonces debemos hacer una promesa, debes prometerme que cuando puedas, vas a visitarme en la Capital Imperial, ¿Qué te parece?
- Mmmmm…, – Agis lo piensa un poco – déjame ver, no sé si pueda.
- Agis, eso no es gracioso. – le tomo de los hombros y lo zarandeo.
- Ajjajajjaaaj…, – él se ríe de mi comportamiento – no te preocupes, te visitare tan pronto pueda, tu solo tienes que tener paciencia.
- ¡Bien! – respondo motivada – voy a estar esperándote, más te vale ir, – le advierto – de lo contrario, te voy a buscar por todo el continente, y me las vas a pagar.
- Claro, claro, lo que tú digas. – responde despreocupado.
- No estoy bromeando. – respondo un poco molesta.
- No te preocupes…, parece que la hermana está lista para viajar, – muevo mi vista, y la monja está subiendo a la Diligencia – pues bueno…., – Agis me da un emotivo abrazo – espero que tengas un buen viaje, te deseo lo mejor, te aseguro que nos volveremos a ver, así que cuando eso suceda, espero que te encuentres bien. Seguramente, pasarás por momentos difíciles, pero debes prevalecer ante las adversidades; Katherine es una chica muy fuerte, confió en que serás la mejor sacerdotisa de la iglesia de la Diosa de la Luna.
- ¡Sí! – le respondo con muchos ánimos y aumento la fuerza de mi abrazo – me voy a convertir en la mejor sacerdotisa que jamás hayas visto, voy a esforzarme al máximo, en verdad, te voy a extrañar demasiado.
- Yo igual. – retira mi abrazo y me muestra una sonrisa.
Después de despedirme de Bel, la hibrida y mis padres, me subí a la Diligencia. El viaje será de 1 semana, es un fastidio, pero no se puede hacer nada, el Teletransportador es muy costoso, y mi padre no estaba dispuesto a pagarlo. Todas mis cosas se encuentran guardadas en mi [Almacenamiento], las monjas dijeron que no llevara demasiado, así que apenas traje lo esencial, ropa interior, algunas prendas, y lo más importante, el conejo de peluche que Agis me regaló; en verdad, por esta clase de cosas es que amo a ese chico. Ese día, no pude contenerme y le dije que lo quería, pero él no se lo tomó en serio; definitivamente, los hombres no entienden la sutileza de las mujeres. Pero no importa, cuando nos reencontremos, me voy a encargar de que entienda.
Mirando atrás, puedo observar a esa mitad Gelum, pegada a él como una sanguijuela; pensando detenidamente, debe tener los mismos sentimientos que yo, aunque con lo tímida que es, y ahora que él se convertirá en su señor, probablemente, nunca le va decir algo, va a esperar a que Agis realice algún movimiento sobre ella; bueno, no me preocupo por eso, al fin de cuentas, solo será una sierva, el matrimonio no les será permitido.
La verdad, esa hibrida no es alguien de mi agrado, aunque parezca una niña pura y tranquila, en realidad, es astuta y posesiva. Yo soy un poco igual, y considero que es necesario tener algo de malicia, sin embargo, ella oculta su personalidad retorcida detrás de ese rostro inexpresivo; supongo que no se puede evitar, después de todo, ha sufrido bastante; aun así, que no tenga poderes es una cosa, pero algo muy diferente, es esa actuación de mártir, no me gusta ni siquiera un poco; no puedo dejar de pensar que está abusando de esa condición para manipular a Agis; en fin, la próxima vez, voy a exponer su perversión ante él, no es posible establecer una genuina relación bajo un engaño.
Por otro lado, ahora que Agis será un aventurero, es seguro que va a conocer muchas mujeres, no sería extraño que alguna pose sus ojos en él, después de todo, Agis es alguien maravilloso. Bueno como sea, yo me voy a convertir en la primera esposa, aun cuando ya tenga otras, estoy dispuesta a recurrir a medios extremos con tal de conseguirlo, eso me enseñó mi madre; a pesar de ser una mujer soberbia, sabe cómo obtener lo que quiere, así que no debo ignorar esos consejos. Hablando sobre ello, me pregunto, ¿Cuántas esposas tendrá Agis? Madre me dijo que la valía de un hombre se ve reflejada en el número de mujeres que tiene. Las Elfas, Hadas, Gelum y otras razas, siempre buscan a los más fuertes e inteligentes, no se preocupan demasiado por el dinero; en cambio, las humanas apuestan por los sentimientos y otras por la belleza; en ese orden de ideas, Agis podría ser muy codiciado, aunque, él tiene esa extraña capacidad de pasar desapercibido, así que supongo que estará bien.
El matrimonio de mis padres fue arreglado por la iglesia. Según mi padre, un día madre tocó a su puerta y le dijo que sería su esposa, que fue afortunado de ser elegido por ella, lo cual evidencia su falta de fuerza e ineptitud. Técnicamente, nunca se amaron, no sé si fue suerte o desgracia, sin embargo, que tuvieran tres hijas es algo sorprendente. Madre me dijo que solo estaba cumpliendo con su deber, que el amor no funciona para todos, ya que, generalmente, las mujeres eligen a su marido sin importarle si este las quiere o no, así que esos sentimientos son para muy pocos; por ello, voy a ser la esposa de Agis utilizando mi posición como sacerdotisa, al igual que lo hizo mi madre; no importa si a él le gusta o no, al fin y al cabo, mis padres no parecen nada infelices o disgustados, de hecho, tienen sexo regularmente. También esta eso de que amar es compartir, así que, en cierto modo, se tienen cariño, tantos años juntos no pueden ser en vano; lo mismo se aplica conmigo y Agis, en todo este tiempo que compartimos, él debe tener sentimientos por mí; aunque, probablemente sean de amistad, eso será suficiente, creo que ya es un privilegio casarme con la persona que amo.
Quisiera decir que me he convertido en una buena persona, pero me estaría mintiendo a mí misma. La gente no cambia de la noche a la mañana, y aun que ya he dejado atrás ese resentimiento inmaduro, todavía soy maliciosa; si naces en una familia de ladrones, con el tiempo, tú también serás uno; en mi caso, nací en una casa llena de personas corruptas y sin escrúpulos, ¿Por qué yo debería ser diferente? Uno más uno es igual a dos, las matemáticas nunca fallan, en consecuencia, soy el resultado de juntar la tiranía de mi madre, la codicia de mi padre, y la arrogancia de mis hermanas. Ahora que voy a enfrentarme a muchas dificultades en la iglesia, creo que al final, esta personalidad me ayudará a superar todos mis obstáculos.
Es algo increíble, pero creo que voy a echar de menos a mis padres, definitivamente, es imposible no amar a la familia; tampoco es que tenga otras opciones, solo los tengo a ellos y a Agis. Desde que comencé a tomarles cariño, me es difícil dejar de hacerlo, tal vez sea algún tipo de dependencia o sentimientos enfermizos, eso ya no importa, debo aceptarme como soy, y si a los demás no les gusta, pues tendrán que aguantarse.
Los próximos años van a ser muy aburridos y complicados, no sé qué clase de tormentos me aguardan, pero debo soportarlo por el bien de mis objetivos. La verdad, no estoy segura de lo que implica ser una sacerdotisa; al principio, pensé que sería como la maestra Idara, sin embargo, ella me dijo que mis funciones serán mucho más importantes. No sé por qué hay tanto secretismo con esto de mi profesión; en todo caso, cuando llegue a la capital lo averiguaré.
Otro aspecto que me llama la atención, es eso de los votos, espero que no me obliguen hacer cosas irracionales o absurdas; aunque, observando a esta monja que me acompaña, no es de extrañar que deba realizar algún loco ritual. A partir de ahora, debo prepararme para todo tipo de excentricidades, sin embargo, preguntar nunca es malo.
- Hermana…. – le hablo a la monja.
- ¿Tiene alguna inquietud? – me responde cordialmente.
- Sí, es sobre los votos, ¿Qué es lo que debo hacer exactamente?
- La Diosa Fenicia es misericordiosa y abnegada con sus súbditos, no pide demasiado, – la monja habla en tono solemne – solo debe tinturar su cabello al bello color plateado, vestir en hábito blanco y asumir otros compromisos que la señorita considere prudentes.
Lo del cabello y la ropa es algo que ya me esperaba. Siendo honesta, el color plateado me parece muy feo, voy a parecer una anciana de 140 años; la vestimenta será otro dolor en el trasero, el hábito de la escuela nunca me gustó, y observando a esta monja, tendré que vestirme como ella, definitivamente, me voy a ver fatal; luego está eso de: "que considere prudentes", me parece muy ambiguo, tendré que ser más directa.
- ¿Cuáles fueron sus votos hermana?
- Mmmm…, – la monja duda – no está permitido contarlos así como así, pero, puedo decirle que son juramentos, por ejemplo, usted jura ayudar al prójimo, guardarse solo para su marido, entregarse a la Diosa Fenicia, entre otros, y para demostrar su determinación, debe realizar diversas acciones.
- ¿guardarse para el marido? – repito la frase en forma de pregunta.
- Si, algunas hermanas realizan ese tipo de votos, aunque, requieren condiciones adicionales.
- ¿son difíciles?
- Si, se deben cumplir ciertas pruebas bastante difíciles como forma de compensación; en el caso de la señorita Berdún, creo que le será aún más complicado.
- ¿Por qué? ¿es por mis dones que me consideran especial?
- Creemos que los dones son regalos de los Dioses, así que la señorita Berdún es muy amada por recibir dos, aún más si son tan exóticos como los suyos.
- No creo que sean tan especiales, mi curación no es diferente a la de otras razas, y todos pueden adquirir afinidades a otros elementos si se esfuerzan lo suficiente.
- No sea tan modesta, la regeneración de otras razas jamás podría compararse con su poder curativo; tal vez ahora no entienda la diferencia, pero cuando enfrente una lucha, seguramente la va a notar; con sus afinidades también, es fácil decir que cualquiera puede adquirir otra con entrenamiento y disciplina, pero no es tan sencillo; en la práctica, rara vez alguien tiene tres como usted.
Siempre pensé que el don Multi Elemental no era la gran cosa, no siento nada extraño en mi cuerpo, y tampoco me considero demasiado buena en los hechizos, creo que Agis es mucho mejor que yo, y eso que él no tiene este poder; tal vez, lo único llamativo, es mi cantidad de Unidades Mágicas y las afinidades, aunque, sigo pensando que no es tan sorprendente. Pero con las palabras de esta monja, creo que debo cambiar mi manera de ver las cosas; probablemente, este don tenga otras cualidades que ni yo misma conozca.
En cambio, la curación me parece algo bastante increíble, tan pronto sufro una herida, en cuestión de segundos, esta se regenera y desaparece sin dejar rastro, incluso el dolor se desvanece y siento cosquillas. Siempre procuro no lesionarme, pienso que podría adquirir alguna tendencia enfermiza a auto lacerarme, después de todo, aun que duele, cuando me estoy curando, esas cosquillas comienzan a sentirse demasiado bien. Una vez, madre me golpeo bastante fuerte, y por supuesto que dolió mucho, pero cuando mi regeneración hizo efecto, se sintió maravilloso; la verdad, le tengo un poco de miedo a esta cualidad, debo practicar para que este poder no me enloquezca.
- Ya veo…, entonces, ¿qué clase de votos tendré que realizar? – pregunto con duda.
- Tal vez yo no sea la indicada para decirle eso, – la monja se muestra reticente – cuando lleguemos a la capital, todas sus dudas serán resueltas.
- De acuerdo; y también quiero saber otra cosa… ¿me van a enseñar cómo usar mis dones?
- Por supuesto, la señorita Berdún ya debió notar que se siente extraño cuando se cura, ¿verdad?
- Si…, mi cuerpo se siente muy caliente. – hablo con un poco de vergüenza.
- Debe tener cuidado, es mejor que ignore esas sensaciones, el don de la curación es muy poderoso, muchos de sus portadores pierden la cordura y terminan matándose.
- ¿Qué? – me muestro un tanto sorprendida – No creí que fuera tan extremo.
- Entre más grave sea la herida, mayor será la intensidad de la curación, por tanto, usted va a experimentar mucho placer como una forma de contrarrestar el dolor; – la monja habla con seriedad – con eso en mente, los portadores de este don, muchas veces se apuñalan y se cortan para aumentar su excitación, de esta manera, entran en un estado de enajenación, perdiendo el control de sí mismos, y como resultado, terminan acabando con sus vidas. – la monja me mira a los ojos – la señorita Berdún debe resistirse a esos impulsos, esa es su retribución, recuerde que todo poder tiene un precio.
- Gracias por el consejo hermana.
Ya entiendo, ¿Por qué no lo pensé antes? Por supuesto que nada es gratis en esta vida, entonces, ¿Por qué los dones serian diferentes? Aun así, el precio a pagar es muy alto. Sin duda, mis cualidades son algo así como una trampa de miel, la peor de todas; ahora mi temor a estos poderes se incrementó bastante, en verdad, ¿no habría sido mejor no tenerlos? Pero ya no se puede llorar sobre la leche derramada; seguramente, voy a encontrar la manera de sacar el máximo provecho de ellos. Yo soy la que controla estos poderes, no ellos a mí.
El resto del viaje fue bastante tranquilo y aburrido, los minutos se volvían horas, agregando que no había mucho que hablar con esa monja, fue una experiencia exasperante. Las Diligencias son un medio de transporte bastante rápido, sin embargo, depende de caballos o alguna bestia mágica, y como todo ser vivo, necesitan descansar y alimentarse; por ello, nos vimos obligadas a pasar la noche en hoteles, y hasta dormir al aire libre; en serio, tan poderosa que es la magia, y aun no pueden inventar medios de transporte más eficientes; en fin, después de muchos días incómodos, llegamos a la Capital Imperial, la ciudad Mirusmari. Por mi parte, estaba completamente agotada por el viaje.