Dentro de la cocina del Palacio, Po se encontraba realizando su rutina habitual: devorar todas las reservas que encontrara. Revisaba contenedor tras contenedor, ahora que no había nadie que pudiera reprenderla por ello, al menos hasta que Shifu pasó por la puerta y ocultó sus manos.
Shifu: Panda, ¿has visto a Tigresa? preguntó con cierta ansia.
Po: La enviaste a ella y a Monkey a llevar suministros a ese pueblo en el norte.
Shifu: Oh, eso es cierto, por supuesto. Vuelve a lo que sea que estés haciendo -asintió y se volteó para irse, pero luego terminó volviendo- ¿Y Viper, Mantis o Crane? -preguntó.
Po: Uhh, mudando piel, patrullando y comprando pulseras para los tobillos.
Shifu: Oh... -suspiró con decepción- Bueno, se acaban las opciones... ¿Riuz y Moony?
Po: Tratando de ver cómo Viper muda de piel y acompañando a Crane. -Respondió, volviendo a ver cierta frustración en el rostro de su maestra- ¿Algo que pueda hacer por usted, Maestra Shifu?
Shifu: Eh, oh no, parece que tienes... las manos ocupadas. -Negó y se fue, dejando a Po con ambas manos atrapadas en los frascos que estaba revisando.
Po: Uh, pero tal vez pueda ayudar -insistió, aunque en el camino quedó con sus pies atrapados en un par de ollas del suelo.
Para cuando Po se liberó, Shifu ya estaba frente al estanque de la luna, viendo su reflejo meditando. Po lo vio y silenciosamente se acercó para ponerse a su lado, ahora con ambas mirando sus reflejos.
Po: ¿Alguna vez miraste tu reflejo y pensaste que tus orejas son demasiado grandes?
Shifu: No.
Po: Porque a veces miro mi reflejo y pienso "Mujer, las orejas de Shifu son enormes". -Comentó, pero al ver la falta de respuesta de Shifu, aclaró- Pequeña broma. ¿Hay algo mal?
Shifu: Sí, Po, algo anda muy mal. -Respondió guiando a Po hacia uno de los estantes de los tesoros exhibidos en el salón de los guerreros- Ya conoces el Martillo de Guerra Sagrado de Lei Lang, el martillo no se ha utilizado desde la antigüedad, su dueño ejercía un poder devastador...
Shifu comenzó a describir la historia del martillo y cómo este tenía un poder inconmensurable, como su portador podía destruir casas, ciudades, hasta montañas. Cómo el martillo fue robado del palacio de jade por un villano llamado Tong Fo, pero las Cinco Furiosas se habían enfrentado a él antes de que pudiera liberarse el poder devastador del martillo, teniendo una feroz batalla.
Shifu: ...las Cinco ganaron ese día y el Martillo de Guerra Sagrado estuvo a salvo una vez más...
O eso pensábamos -Dijo tomando el martillo del estante.
Shifu: ...las Cinco ganaron ese día y el Martillo de Guerra Sagrado estuvo a salvo una vez más... O eso pensábamos -dijo tomando el martillo del estante.
Po: No tocaría eso si fuera... ¡Ahh! ¡Shifu no! -Gritó con sorpresa al ver que Shifu alzaba el martillo para golpearlo contra el suelo, temerosa de su total aniquilación.
*Sonidos de martillo rompiéndose contra el suelo*
Shifu: Acabo de descubrir que es falso. Tong Fo escondió el verdadero martillo antes de ser enviado a prisión. Si logra escapar y recuperarlo, podría arrasar el Valle de la Paz.
Po: ¡¿Qué?! ¿Qué vamos a hacer?
Shifu: Cuando las cinco regresen, enviaré a una de ellas a la prisión para conocer la ubicación del martillo, disfrazada de Sheng -sacó un cartel que mostraba a una cabra criminal que estaba siendo buscada- un criminal fugitivo.
Po: Uh, ese realmente no se parece a ninguna de las cinco. -pronunció en tono de duda viendo el cartel- ¿Qué, le vas a poner barba a Tigresa, o orejas grandes a Mantis?
Shifu: Si debes saberlo, usa uno de estos -decidió revelarle a Po una de las herramientas secretas que se usan en estas misiones, por lo que se acercó a una caja roja y la abrió mostrando un par de piedras de jade ovoides rojizas.
Po: ¡Wow! Huevos mágicos.
Shifu: Es una piedra de transformación -respondió con un tono y expresión de "eres una idiota".
Po: Ooh, ¿puedo intentarlo, puedo intentarlo? -preguntó con emoción, deseosa de usar las piedras mágicas.
Shifu: Bien -suspiró- Sosténla en tu mano y concéntrate.
Entregó la piedra a Po, quien rápidamente cerró los ojos esperando algún tipo de cambio. Hubo un destello de luz amarilla, casi dorada, pero cuando la panda abrió los ojos y se vio a sí misma, no encontró nada distinto.
Po: Sí, creo que alguien te vendió una piedra de transformación pirata.
Shifu: Mírate en la piscina. -Dijo con normalidad sabiendo que Po no se había dado cuenta del cambio de su aspecto.
Po: ¡Vaya, Sheng! -Se sorprendió al ver que en su reflejo no aparecía la gorda panda que estaba acostumbrada a ver, sino la cabra que se mostraba en el cartel y en la que había pensado- Eso es tan cool.
Shifu: Así es como te ves ahora para mí y para todos los demás.
Po: Oye, ¿sabes qué? Tus orejas no parecen tan grandes ahora. -Dijo mientras sujetaba sus propias orejas, que ahora se veían como las de una cabra. Al ver que no le hizo gracia a Shifu, dejó de jugar con sus orejas y volvió a su aspecto normal con el poder de la piedra- ¡Excelente! No necesitamos esperar a las Cinco Furiosas, entraré en Chorh-Gom, todo al estilo Dragon Warrior. -Expresó con sus típicos movimientos de combate.
Shifu: Po, tú… tienes muchas buenas cualidades. -Trató de decir para suavizar lo siguiente.
Po: Bueno.
Shifu: Pero la delicadeza, la sutileza y la astucia no son ninguna de ellas. Lo siento, Po, es demasiado peligroso enviarte. Simplemente esperaremos a que los cinco regresen y tendremos esperanza.
Po: Pero iba a mandar a Riuz o Moony -Cuestionó.
Shifu: Bueno, aunque el comportamiento de Riuz ha sido... cuestionable, no negaré que antes de que empezara a actuar así era un alumno admirable, al igual que las cinco, quizás no tan fuerte, pero sí dedicado. Además, posee su habilidad innata para cambiar de forma, haciendo que no sea necesaria la piedra.
Po: ¿Y Moony por qué?
Shifu: En cuanto a Moony, aunque sea la más débil de todos, no debes subestimar su capacidad intelectual. Quizás no sea la más poderosa, pero es una de las personas con la capacidad de aprendizaje más poderosa que he visto; hasta Oogway lo creía, solo hay que darle tiempo. Tampoco es tonta, si tiene un objetivo, especialmente si su hermano está involucrado o es quien se lo pide, dará mucho más de lo que muestra habitualmente.
Po: Hmm... -resopló con desaprobación.
Shifu: Lo siento, Po, pero es lo mejor.
Shifu se despidió de la panda y se alejó, dejando a Po disconforme, razón por la que no se rendiría. Cuando ya no vio a Shifu, tomó una decisión: demostrarles que podía hacerlo.
Po: Se lo mostraré. Tengo delicadeza, sutileza, astucia y una de estas. -Tomó una piedra y trató de irse sigilosamente, sin saber que Shifu y alguien más se dieron cuenta de ello.
Shifu: ¿Hace cuánto estás escuchando?
Riuz: Lo suficiente... en serio crees todas esas cosas sobre mí, gracias Shifu -Dijo el humano en un tono cariñoso mientras su aspecto dejaba de mimetizarse con las paredes de la lejanía.
Shifu: Sí, lo creo, y de verdad me gustaría que volvieras a ser como eras antes y hacerme sentir orgullosa -Dijo mientras se acercaba a la caja con las piedras para ver que faltaba una, como creía.
Riuz: Lo siento, no creo volver a hacerlo... ¿Po irá por Tong Fo?
Shifu: Eso parece. ¿Dónde estabas antes? Podría haberte mandado en su lugar, sabes que ella...
Riuz: Sí, falla en muchas cosas, pero si no le damos la oportunidad de hacer cosas como esta nunca aprenderá. Y bueno... en donde estaba... Viper me echó y no me dejó verla mudar de piel, desgraciadamente, así que vine aquí.
Shifu: Quizás tengas razón o podríamos ir a detenerla. El martillo de Lei Lang no es un juguete, la seguridad del valle depende de su recuperación.
Riuz: Yo diría que la dejásemos ir, como mucho ayudarla cuando sea necesario. Apoyemos a Po en secreto, pero no juntos, cada uno por su lado en caso de cualquier eventualidad.
Shifu: Supongo que sería lo mejor... pero espero que tu insaciable deseo por aparearte no estorbe en esta misión. -Reafirmó su desagrado ante el comportamiento de Riuz y cómo no podía dejarse llevar por esas emociones.
Riuz: Lo siento, maestra, por el disgusto que le he causado, pero no se preocupe, incluso si perdiera el control, no olvidaría cuál es mi objetivo. -Se inclinó ante Shifu.
...
En la prisión de Chorm Gom, la cabra Sheng (Po) era escoltada por los guardias rinocerontes, intentando actuar como una cabra criminal loca. Fue llevada por esa misma prisión que únicamente aprisionó a Tai Lung y ahora se usa para varios criminales al mismo tiempo.
Guardia Rhino: ¡De vuelta a vuestras celdas!
El guardia gritó cuando logró llevar a Sheng a una de las secciones de la prisión donde varios criminales luchaban en el área común. Po se sintió un poco intimidado por la acumulación de criminales con aspectos tan malvados en el lugar, pero siguió tratando de mantener su personaje. Los prisioneros entraron en sus celdas, y Po fue llevado hacia una de ellas.
Po: Sí, échame un buen vistazo, porque soy todo un criminal y todo eso. -En el camino, Po trató torpemente de preguntar quién era Tong Fo, su objetivo en esta prisión, pero no consiguió mucho.
Guardia Rhino: ¡Basta de hablar, Sheng! Ya he tenido suficiente de ti. -Se quejó, quitándole las esposas y arrojándola a una de las celdas.
Po: ¿Eh?
Po se quedó en silencio mirando la celda donde había sido arrojada, con ciertos nervios por su misión encubierta, especialmente por el sonido de pequeños pasos que empezó a escuchar. Miró de aquí y allá tratando de encontrar la fuente del ruido, pero la fuente la encontró a ella, cuando el mismísimo Tong Fo se hizo presente.
Tong Fo era un primate bajito y pequeño, pero con unos ojos enormes al punto de asustar y solo vestido con unos pantalones azules. Sus ojos casi ocupaban toda su cara y resaltaban más el resto de sus facciones, como su pequeña boca. Miraba a Sheng (Po) con completa seriedad, con las manos en su espalda.
Tong Fo: Hola.
Po: Tong Fo? Hola, -Extendió su mano para saludar al extraño prisionero que posiblemente sea Tong Fo- Soy, eh, Sheng. Venga esa mano.
Tong Fo: ...-Miró a Po y su mano extendida, pero sin intenciones de hacer nada- No doy la mano.
Po: Sí, bueno, los apretones de manos son para tontos respetuosos de la ley, ¿verdad? -Rio nerviosamente- Esa fue una prueba. Asegurándome de que eres un tipo malo como yo que disfruta de varios... crímenes ... cosas que... diablos, tus ojos son enormes. -No pudo evitar decir.
Tong Fo: Mis ojos no son grandes, tengo el cráneo pequeño. Mi cerebro apenas cabe dentro. -Explicó señalando su cráneo.
Po: Sí, bueno, es bueno que funcione bien porque entonces serías como un cerebro expuesto y todo... -Respondió nerviosamente.
Tong Fo: He oído historias sobre ti, Sheng. ¿En qué estás ahora?
Po: ¿En qué no me estoy? -Po expresó, esperando que Tong Fo continuara la conversación, pues no sabía cómo responder, pero la falta de respuesta de este la obligó a improvisar- Uh, una vez estaba haciendo un robo, y estaban estos tipos que decían "¡dejen de robarnos!". Y yo dije: "no". Historia verdadera. -mintió, pero notó las dudas en la expresión del pequeño primate- Y en otra ocasión estaba asaltando y atacando a esta tienda de té porque así es como me desenvuelvo, cometiendo delitos, porque soy como...
Tong Fo ya no siguió escuchando y se abalanzó contra Po, empujándola contra la pared, el piso y finalmente, usando una de las sillas para arrinconarla contra la pared de la celda.
Tong Fo: ¡Mentiroso! ¡Mentiroso! -Le gritó a la cara.
Po: ¡Qué! ¡Yo no! -Respondió con miedo de ser descubierta.
Tong Fo: ¿Sheng? ¡Tú no eres Sheng! He oído que Sheng es un maestro de la manipulación, un embaucador. ¡Ni siquiera eres un buen mentiroso! ¡Mal, mal mentiroso! ¡Novatos! -Resopló.
Po: Tienes secuaces en tu celda, ¡genial! -Ignoró completamente a Tong Fo después de ver que de entre las sombras salían algunas figuras criminales, que resultaron ser Fung y Gahri.
Fung: Preferimos el término "asociado". -Aclaró la cocodrila bandida.
Po: ¿Fung? -Se sorprendió de ver a una conocida.
Tong Fo: ¿Cómo sabe él tu nombre?
Fung: Uhh, soy como una leyenda, supongo. -Respondió, pero ante la continua mirada de Tong Fo en silencio se sintió incómoda- Amigo, esos ojos, en serio...
Tong Fo: ¡No son mis ojos, es mi cráneo! -Saltó sobre el hocico de Fung para gritarle- ¡Ahora sáquenlo de aquí!
Fung y Gahri, atendiendo a las órdenes de Tong Fo, estaban a punto de cargar contra Po, cuando un rinoceronte volvió hacia donde estaban y abrió la celda para empujar a otro prisionero dentro, empujando a Po a un costado.
Fung: ¡Oye! Ya estamos llenos -Se quejó Fung, la celda solo era para cuatro personas.
Rinoceronte: Y que me importa -cerró la celda y se fue, no sin antes echar una mirada hacia atrás.
El prisionero que había sido arrojado al suelo de la celda era una especie de felino azulado encapuchado. Este se levantó y limpió su ropa para luego levantar la mirada y ver la situación.
Tigre Azul: ¿Fung? -Preguntó, haciendo que todos volvieran a mirar a la cocodrila.
Fung:... ven, se los dije, una leyenda -Sonrió cruzándose de brazos sintiendo cómo su propio ego crecía.
Tong Fo: Desháganse de él también- Ordenó, sin querer que nadie más le molestara, ni siquiera el nuevo.
Fung, regodeándose en su falsa fama, fue despertado por Gahri, y ambos pusieron manos a la obra, yendo a atacar a Po y al tigre azul. Po reaccionó rápidamente defendiéndose de Fung, mientras que el tigre hizo lo mismo, dando una voltereta en el aire antes de sujetarse a las rejas de la celda para dar un salto contra Gahri. Se intercambiaron golpes, con ambos cocodrilos en desventajas.
Po logró deshacerse de Fung, tirándolo contra la pared contraria, pero entonces sintió cómo un par de manos empezaban a tocar su cuerpo.
Tigre Azul: Hola, precioso -Susurró a su oído, pero se notó que en medio de su charla tuvo algo parecido a una arcada de asco, pero se recompuso rápido- ¿Qué hace alguien tan lindo como tú en un lugar tan feo como este?
Po: ¡¿Q-qué...?! -Preguntó, pero en ese momento las cocodrilas atacaron nuevamente, y Po fue golpeado por la sorpresa y tuvo que defenderse.
Azul: Sabes, me gustan... las cabritas como tú -Dijo en un tono muy cuestionable.
Po: Uhh... ¿Gracias...? -Respondió incómoda ante la mirada del felino, aún luchando contra las cocodrilas, siendo dos contra dos no era tan difícil a pesar del espacio cerrado.
T. Azul: ¿Sabes lo que pasa en la cárcel, niño bonito? -Dijo riendo y entrecerrando los ojos.
Po: ¿Nos volvemos todos muy buenos amigos? -rió nerviosamente mientras enviaba a Fung a volar de una patada.
Azul: Muy buenos amigos -Se lamió los labios.
En ese momento, Tong Fo, que estaba a un lado, logró realizar un ataque sorpresa contra el tigre y lo arrojó contra Po. A pesar de su pequeño tamaño, tenía una gran velocidad y fuerza explosiva, por lo que el ataque furtivo fue muy poderoso. El tigre terminó sobre Po y Fung y Gahri los sujetaron contra el suelo. Puede que las cocodrilas no sean maestras de kung fu, pero nadie negará que poseen una gran fuerza de forma natural.
Tong Fo: Me hicieron actuar... eso, se los reconozco. Pero saben lo que son ustedes dos... solo un par de tontos que se meten con la persona equivocada -Dijo burlonamente mientras miraba las uñas de su mano con indiferencia, disfrutando de humillar la inteligencia de los demás, sabiendo que era superior a los demás en ese aspecto- Si hubieran trabajado juntos, quizás pudieron haberme molestado más, pero por suerte son solo un tigre que piensa con lo que tiene en los pantalones y una cabra que no sabe mentir. Un buen criminal necesita usar su cabeza y ser un buen mentiroso, y ustedes, mis queridos amigos, son todo lo contrario; les falta finura, te falta sutileza y te falta... -Se burló nuevamente.
Po: Astucia, lo sé, eso es exactamente lo que dijo Shifu.-Resopló.
Tong Fo: ¿Qué? -Reaccionó rápidamente a esas palabras y preguntó- ¿Dijiste… Shifu?
Po: ¿Lo hice? -Se dio cuenta de lo que dijo en voz alta y se puso nerviosa- Uh, quise decir uh... Sí, Sí, me refiero a Shifu, porque esta es la verdad, Sr. cráneo pequeño…
Fung: ¡Vaya! -Se sorprendió de escucharle insultar a Tong Fo.
Po: Así es. No soy Sheng. Soy la Guerrera Dragón. Soy una gran panda, y Shifu me envió aquí, disfrazado de Sheng, para obtener información tuya, y si algo me pasa, ¡vendrán a buscarte! ¿Cómo están tus ojos saltones en ese diminuto cráneo, amigo? ¡Je! -Reveló la verdad al sentirse acorralada, mostrando mucha seguridad, ignorando que ahora estaba atrapada con un tigre encima de ella.
Tong Fo se quedó mirando serio durante unos segundos a Po, antes de empezar a reír, cada vez más fuerte. Tanto las cocodrilas como el tigre se miraron entre sí y a Tong Fo, tratando de saber si todos presenciaban la misma situación discordante con la escena.
Tong Fo: Bien, muy bien. Porque eso… -Detuvo su risa y se acercó a la cabeza de Po que estaba contra el suelo para darle unas palmaditas en la cabeza- ...eso es una muy buena mentira, Sheng. Déjalo ir, Fung... solo a la cabra.-Ordenó luego de escuhar la impresionante mentira, dicha con tanta honestidad?...
Fung y Gahri soltaron a Po, pero siguieron sujetando al tigre, sosteniendo sus manos en su espalda contra el suelo.
Tong Fo: Desháganse del tigre... ¡pero traiganos algo de cenar primero! -Ordenó.
Fung: ¿Qué? pero creí que cenaríamos juntos. -cuestionó, pues sus planes de ser asociados parecían ir mal, pero Tong Fo se volteó para mirar a la cocodrila con sus grandes ojos y siendo intimidada por ellos, Fung retrocedió- ¡Bien!
Fung y Gahri se pusieron a un lado de la celda, empezando a preparar la cena, con el tigre amarrado a un lado.
Fung: ¡Son como tres meses adulando a Tong Fo tirados por el desagüe! Esa cabra lo va a pagar Gary.
Tigre Azul: Y por qué te preocupa tanto eso, ¿desde cuándo Fung y sus cocodrilas bandidas trabajan para alguien más?
Fung: Tú cállate, luego nos encargaremos de ti.
T. Azul: ¿Sí? no creo que puedan, son solo agentes de Tong Fo... y yo que pensé que la Fung de la leyenda era impresionante... resulta que solo era un secuaz sin nombre. -Dijo decepcionado.
Fung: ¡No somos secuaces! -gritó tirando el cucharón al suelo- Somos asociados.
T.Azul: ¿En serio? -sonrió maliciosamente antes de seguir hablándole a la cocodrila... conspirando.