Ninguno de los dos hizo ningún movimiento hasta que aterrizaron en el suelo dejando enormes cráteres.
El joven pálido dio un grito mientras que Juan Carlos rugió en represalia y sus vibras se alzaron una vez más alcanzando el nivel 8.
En ese punto no había nadie en el país o el continente con excepción de una persona que pudiera detener la batalla de esos dos monstruos.
Las vibras de nivel 8 se expandieron más allá del bosque y llegó a varias ciudades, la gente en la base de los cazadores sintieron las vibras aun estando en otro estado y se llenaron de pavor.
Por otro lado en la Base Ciudad del Sol todos habían sentido las vibras y entraron en alerta máxima.
Cara, Kyle, Efraín e Iván junto a los Generales de División llegaron a la sala de reuniones.
"¿Alguien sabe a quién demonios pertenecen esas monstruosas vibras?" Preguntó Efraín.
"Ningún informante puede acercarse al lugar pero el origen de esas vibras se encuentra en donde Kara esta." Dijo Carla.
"Espera, ¡¿Kara está en el mismo lugar que esos monstruos?!" Grito Iván.
Carla asintió y dos dentro se tensaron, las posibilidades de supervivencia para Kara en una situacion así era simplemente nula.
Era la primera vez que sentían vibras con tal presión, incluso estando a varias ciudades de distancia se les hacía difícil respirar. Además sentían que eran observados por ambos dueños de las vibras y no estaban equivocados.
Las vibras servían para demostrar poder pero también eran como un órgano sensorial capaz de sentir todo dentro de su rango. Juan Carlos y el joven pálido desde hace mucho habían sentido a los combatientes más poderosos dentro del alcance de sus vibras, sin embargo no les prestaron mucha atención.
"¿Hay algo que podamos hacer?" Preguntó uno de los Generales de División.
"La hay, pero incluso si la tenemos a nuestra disposición podría ser demasiado tarde." Dijo Carla.
"¿Que es?" Volvió a preguntar el mismo General.
"Se dice que en China han aparecido seres de inmenso poder capaces de destruir montañas y ciudades con facilidad. Su sola presencia se puede sentir a ciudades de distancia al igual que la vibras que estamos sintiendo ahora." Explicó Carla.
El General de División frunció el ceño y comenzó a hablar.
"Disculpe por esto pero no creo que sea tan ingenua como para creer esos rumores, ¿Verdad?"
Cuando los demás estaban por reprocharle, Kyle levantó la mano y una presión invisible los detuvo. Ninguno pudo evitar mirar con sorpresa al asistente personal que se suponía estaba en el nivel 5 emitir una presión mayor incluso superando a la de jefa de la base.
Ante su acción Carla dio un suspiro audible atrayendo la atención de todos.
"... Entonces, ¿Lo harás?" Preguntó ella.
Eso hizo que todos se confundiera y tuvieran curiosidad por saber a que se referían.
Kyle asintió y se quitó los lentes, su temperamento de asistente profesional se desvaneció y cambio por completo.
Cuando los observo a todos, emitía el aura de un guerrero que había experimentado cientos de guerras y vicisitudes, además también parecía haber vivido cientos de años.
Al mismo tiempo su cabello cambió y se levantó en puntas casi como si de un saiyajin se tratara mientras que su mirada se volvió tan aguda que podías sentir como si viera través de tu alma.
El entorno dentro de la sala de reuniones se volvió instantáneamente pesada.
Ante tal cambio casi todos tragaron saliva y tuvieron más dificultades para respirar. La única que se sentía cómoda era Carla, quien además lucía una sonrisa orgullosa.
"Te ves genial cuando muestras tu verdadera personalidad, papa." Dijo ella.
"¡Espera! ¿Lo llamaste papá?" Preguntó Iván sorprendido.
"Es una larga historia. En resumen, Carla es mi hija." Dijo Kyle sin preocuparse demasiado.
Carla asintió vigorosamente mientras se levantaba del asiento principal y le daba un abrazo a Kyle.
"¿Acaso no es genial tener un papa tan poderoso?" Presumió alegremente.
Kyle negó con la cabeza y le dio un pequeño golpe en la frente.
"¡Ay!" Se quejo ella.
Todos los presentes no sabían cómo reaccionar.
"Dejemos los juegos y volvamos al asunto principal. Los rumores de China resultan ser ciertos y conozco a uno de estos extraordinarios seres." Dijo Kyle impactando a las personas nuevamente.
"Sin embargo, no será necesario que lo llamemos. Yo iré personalmente a detener a los dueños de esas dos vibras."
Ante eso todos comenzaron a crear un alboroto y una de los Generales dijo: "¿Estás loco? ¡Morirás si vas allí!"
Kyle solo sonrió y saco una pequeña botella transparente con tapa, luego se cortó un dedo y dejó caer su sangre dentro de la botella.
Una vez la botella estuvo completamente llena, las heridas de Kyle sanaron y la tapo.
"¿Ven esta botella con mi sangre? Deberían poder sentir parte de mi vibra máxima."
Al oír sus palabras se concentraron y sintieron la vibra en la sangre. Momentos después todos detuvieron la respiración y luego exhalaron bruscamente para recuperar el aliento.
Ninguno pudo evitar temblar, aunque solo habían sentido por breves momentos la vibra en la sangre, sintieron como si un abismo de muerte sin fin se los quisiera tragar. Sintieron como si estuvieran frente a una existencia que podría hacerlos polvo con solo mirarlos.
Si eso solo era una parte de su vibra total no podían imaginar cuánto poder tenía. Mientras temblaban bajaron la cabeza sin poder levantar la vista por temor a ser asesinados.
"P-perdón por dudar de su fuerza, Maestro." Dijo el General de División completamente lleno de miedo.
"Hmm... Hace años que no me llamaban de esa forma."
Kyle se acarició la barbilla mientras surgían viejos recuerdos.
"Eso es porque siempre fingiste ser más débil." Comentó Carla.
Kyle asintió ante su declaración, luego dejó la botella llena de sangre en la mesa y se dirigió a la salida.
"Mantengan ese frasco dentro de la base. Mientras lo hagan ninguno de los dueños de las otras vibras se atreverá a venir."
Luego de eso su figura desapareció por la puerta de la salida.
Juan Carlos y el joven pálido había terminado de aumentar sus vibras y se lanzaron el uno hacia el otro. Al momento de estar frente al otro lanzaron un único ataque y un gran pilar de cientos de kilómetros de ancho y alto de color azul verdoso se formó.
Ambos salieron de allí ilesos.
Sin embargo, cuando el pilar desapareció lo que una vez fue una ciudad había pasado a convertirse en un enorme abismo que parecía llegar al fondo de la tierra.
Juan Carlos lanzó otro zarpazo que fue esquivado y destruyó varias montañas por otro lado el joven pálido lanzó un puñetazo al aire que apareció frente a Juan Carlos.
Juan Carlos rápidamente esquivó el golpe y este de la misma manera atravesó varias montañas con facilidad.
Viendo que las cosas no acabarían rápido, el joven pálido preparó un último ataque que podría acabar con una isla grande entera que superase en tamaño a cualquier ciudad o montaña.
Juan Carlos sintió los cambios y reunió su poder metálico y la extraña capa verde al frente de su hocico formando una esfera de energía.
Lo que Juan Carlos estaba haciendo debería serle imposible, pero el estado de sed de sangre había desbloqueado todos sus grilletes y le había proporcionado habilidades más allá de su nivel real.
Sin embargo, eso no era suficiente para explicar la capacidad de formar esferas de energía cuando no poseía ninguna superpotencia de ese tipo.
Algo más le estaba ayudando.
Cuando ambos prepararon sus ataques se lanzaron y estaban a punto de conectar sus ataques cuando una figura se interpuso entre ellos y extendió sus brazos para detener los ataques.
"¡Si crees que puedes detener nuestros ataques morirás por eso!" Grito el joven pálido al ver las intenciones del intruso.
Sin embargo al momento siguiente los ataques de ambos fueron interceptados luego en un movimiento rápido los desvió hacia el cielo. Al momento siguiente una inmensa parte del cielo fue cortada mientras emitía descargas eléctricas descomunales causando que las nubes parecieran ser absorbidas por el corte y destrozadas allí dentro.
Juan Carlos y el joven pálido estaban estupefactos.
"¿Pero que—"
Antes de poder terminar su pregunta el intruso levantó la mano e hizo un gesto de apretar restringiendo todos sus movimientos. El joven pálido se desespero al descubrir su situación y observo la figura del intruso.
Estaba vestido con un traje negro, camisa blanca y corbata gris. Adicional a su vestimenta también llevaba puestos guantes negros en sus manos, en su cabeza llevaba un sombrero negro muy al estilo de la mafia italiana y por último tenía puesta una máscara blanca sonriente que cubría su rostro.
El intruso obviamente era Kyle.