Escondí el arma en mi pantalón. Espero no se haya dado cuenta.
-Pónganse de pie los dos a la vez y suelta el arma- Akira soltó su arma y la tiró en el suelo, dándole una patada a su dirección. Mi cuerpo estaba temblando, tenía miedo de que nos hagan daño, pero tampoco quiero hacer una estupidez que nos cueste la vida. Akira no tiene cara de tener un plan.
Nos levantamos los dos lentamente y nos apuntaron más de cerca.
-Caminen- salimos al pasillo. Akira estaba a mi lado caminando cabizbajo. Creo que está pensando en algo. Los dos hombres nos estaban apuntando, nos metieron al ascensor. Sentí el rifle en mi espalda. Si hago un mínimo movimiento va a disparar. Bajamos al primer piso y al abrirse el ascensor, Akira tiró un codazo al hombre que estaba a su espalda, el hombre que estaba apuntándome fue a apuntarle a Akira y le di una patada en sus genitales. Me giré para darle otra y hacer que soltara el arma. Akira sacó un arma de su pantalón y le disparó al hombre que le dio el codazo.
-Sal del ascensor, lisa- le apuntó al otro hombre que estaba en el suelo y yo salí del ascensor.
-Dispara y vamos, Akira- sentí que me agarraron el cuello y me pusieron un arma en la cabeza.
-Sabía que faltaba uno- dijo Akira.
-No sabía que eras una chica del otro bando. Lastima, me gustabas- dijo el hombre con el que me tropecé. Akira se quedó mirándolo fijamente-. Suelta el arma y camina - le ordenó a Akira. El otro hombre aún estaba en el piso adolorido. Es algo a nuestro favor. Miré a Akira intentando hacer contacto visual con él para que viera que tenía aún mi arma en el pantalón. Akira soltó el arma en el piso e hizo lo que le ordenaron. Salió del ascensor y sentí que el hombre me jaló por el cuello para alejarme de Akira. Se escuchaban las sirenas de la policía, ¿Ahora es que se dignan a llegar?
-Camina al frente - le ordenó a Akira, quien obedeció. Viendo la oportunidad, tenía que hacer algo. Le di una patada en sus genitales y mordí su brazo al mismo tiempo. Me soltó el cuello y de la molestia me golpeó con el arma en la cara. Akira se molestó y se abalanzó sobre el hombre, golpeándolo con todas sus fuerzas en la cara. Caí en el suelo del dolor, me dolía la frente y estaba viendo medio borroso. Miré mi mano y estaba sangrando de la frente.
-Nadie toca a mí mujer, ¡maldito cabrón!- Akira no se detenía de golpearlo en el suelo. Intenté levantarme para sujetar su hombro y hacer que se detuviera, es como si se hubiera cegado por la ira.
-Akira, estoy bien. Tenemos que irnos- Akira seguía golpeándolo con todas sus fuerzas, el hombre ya ni se movía, pero él no se detenía. Lo abracé por el cuello para que reaccionara.
-Detente, tenemos que irnos- se detuvo y se trató de levantar del piso. Cogió el arma del hombre y me miró, acarició mi mejilla y suspiró.
-¿Así dices que estás bien? - preguntó con una expresión triste. La policía estaba afuera hablando por la bocina. No saben que todos ya están muertos. Akira guardó el arma en su pantalón y salimos. Me subió en sus brazos y salimos del hospital.
-No dejes que te vean el arma o te van a detener -le dije. Mi arma también la tenía en mi pantalón. La policía nos apuntó creyéndose que éramos criminales.
-No, ellos no son- dijo el paramédico de la ambulancia. Bajaron las armas y se acercaron a nosotros.
-Casi nos matan, están en el quinto piso. Tienen un rehén- dijo Akira a la policía, supongo que para entrenerlos.
-¿Podrán ayudarnos ahora? Necesitamos llevar a nuestros familiares a la clínica- le dije a la paramédico.
-No podemos hacerlo hasta atender sus heridas- Akira me sentó en la parte de atrás en la ambulancia para que nos atendieran.
-Tenemos que sacarlos de aquí y llevarlos a una clínica- le dijo Akira al paramédico.
-Si es a otra clínica, si podemos hacerlo ahora- nos permitieron subirnos a los dos. Akira le dijo a cuál clínica nos llevarían y nos llevaron. Era un poco espacio lo que había, ya que eran dos camillas en una misma ambulancia. Akira no dejó de mirarme por todo el camino. Antes de bajarnos acarició mis mejillas y se quedó en silencio. Fui muy necia, fue mi culpa. Siempre hago una necedad y lo hago sufrir por eso. Perdió el control de sí mismo en ese momento. Akira siempre me está cuidando y es la segunda vez que pierde el control. Solo espero que esta pesadilla haya acabado.