A la mañana siguiente todo volvió a ser como antes; es como si la persona que hizo todo eso anoche, no era la misma que está enfrente de mí ahora. No es que me moleste, pero ¿Por qué me hizo todo eso entonces? ¿Para qué me trajo hasta aquí? ¿Por qué se abrió por un instante conmigo? No puedo saber lo que piensa, lo que busca o lo que quiere. Cada día entiendo menos.
Hoy es mi cumpleaños. Ni siquiera puedo pensar en la posibilidad de que todo lo que hizo fue por eso. Jamás le conté sobre esto, así que no es posible. Entonces ¿Cuáles son sus verdaderas razones?
—Te llevaré con tu mamá— ni siquiera me miró para decírmelo, solo salió de la habitación.
Todo el camino fue en silencio, es como si solo hubiera actuado todo este tiempo y, que ahora vuelve a ser la misma persona cortante que he conocido.
Llegamos a la casa de mi mamá, y ella nos estaba esperando. Desde que dejé la casa, no he visto a mi padre. Ni siquiera se unió el día de la cena y hoy ni se veía por los alrededores. ¿Estará en su estudio, o estará en su vicio de las apuestas?
—Mi amor, ¿cómo has estado? Los estuve esperando todo este tiempo. ¡Feliz cumpleaños, hija! —miró a Akira—. Gracias por cumplir su promesa, Sr. Akira. Es un honor tenerlo en mi casa.
—Gracias, mamá. Yo también te dije que vendría y pasaría este día contigo, como solíamos hacerlo—la abracé.
—Mientras preparo la tarta, ve a mostrarle la casa a tu prometido, Lisa.
Miré en dirección a Akira, pero no vi ganas en él de hacer algo como eso, ni siquiera parecía que estuviera prestando atención a lo que estábamos hablando.
—No te preocupes, mamá. Yo te ayudaré— respondí para no obligarlo a decir nada—. ¿Dónde está papá?—me puse el delantal.
—En el negocio, mi amor—respondió evadiendo mi mirada.
—Mamá, ¿te pasa algo?— pregunté directamente ante su extraña expresión.
—No, lisa. Iré al baño antes de empezar. Ya regreso.
¿Por qué la siento rara? Ha estado evadiendo mi mirada desde que llegué. ¿Mi papá le estará dando más problemas?
Estaba tardando mucho, así que quise ir a buscarla. Akira había dejado la cocina y, no sé en qué momento fue. Me dirigí al baño a buscar a mi mamá, cuando vi la puerta de mi antigua habitación abierta. ¿Qué hace en mi cuarto, no dijo que iría al baño?
Me asomé a la habitación lentamente para ver qué sucedía.
—¿Qué haces aquí?— pregunté sorprendida, al ver que quién estaba en mi habitación era Akira.
Estaba sujetando una blusa mía y, al notar mi presencia, la soltó. No dijo una sola palabra, solo se acercó y llevó su mano a mi mentón, antes de besarme.
—¿Qué crees que haces? Estamos en casa de mi mamá—lo empujé.
—¿No crees que sería interesante hacerlo en otros lugares, así como este?— me sujetó por el cuello obligándome a besarlo.
—¡Detente ya!— le grité, empujándolo con todas mis fuerzas.
Creí que me haría algo, ya que creo que lo hice molestar otra vez. Se quedó en silencio y me miró serio antes de salir de la habitación. Lo hice enojar otra vez, pero ¿cómo se atreve a tratar de hacer esto aquí en mi casa? Mi corazón estaba latiendo muy rápido.
Debo buscar a mi mamá, antes que él le haga algo.
Mamá no estaba en el baño, así que me dirigí a la cocina nuevamente, por lo que Akira estaba ahí junto a ella. ¿Qué hace él aquí hablando con mi mamá como si la conociera desde siempre? ¿Planea seguir con esta farsa?
Terminamos de hacer la tarta, mientras que Akira en todo momento nos observaba desde lejos. No me ha dicho ninguna palabra más desde lo que sucedió en la habitación.
—¿Será que puede ayudarme, Sr. Akira?—mi madre le dio la espalda para que le quitara su delantal.
—Por supuesto que si, señora.
Fui preparando la mesa mientras que ellos estaban en la cocina. Ya estaba por terminar, solo faltaban las copas.
Caminé a la cocina, pero escuché la voz de Akira y sonaba alterado. Jamás lo había escuchado así, por lo que puse oído a escuchar qué era lo que sucedía.
—¿Desde cuándo pasa esto? — preguntó furioso.
—¿De qué habla, Sr. Akira?
—Realmente es una cobarde. Odio las personas cobardes, que ocultan todo mientras se autodestruyen ellos mismos.
¿Cómo se atreve a hablarle así a mi madre?
—¿Qué crees qué estás haciendo, Akira? ¿Cómo te atreves a hablarle así a mi mamá?— le grité molesta.
Me miró con la misma mirada llena de odio que conocí ese día.
—¡No te metas, Lisa! ¡Esto es entre tu madre y yo! ¡VETE!
—No me voy a ir. ¡No voy a dejar que le hables a mi mamá de esa forma!— le grité molesta, mientras me paraba al frente de mi madre, cubriéndola de cualquier cosa que intentara hacer.
—Te di una orden. Lárgate de aquí, Lisa.
—Sobre mi cadáver voy a dejarte aquí con ella.
—Si eso es lo que quieres—alzó la mano dispuesto a pegarme y, cerré los ojos fuertemente preparada para lo peor.
Solo escuché la puerta cerrarse y abrí los ojos.
—¿Qué crees que haces, lisa? ¿Cómo desafías a tu prometido de esa manera? — soltó mi madre en lágrimas.
—Tú eres primero, ¿por qué tendría que permitir que te hable de esta forma? —le di un abrazo.
—Él tiene toda la razón en lo que dijo. Soy una cobarde, lisa—lágrimas continuaban bajando por sus mejillas.
—¿Mamá, ¿Qué está sucediendo?
Ella alzó la manga de su camisa y vi muchas marcas alrededor de sus brazos. Mi mente se nubló de la ira que sentí en ese momento. Todos los sentimientos de rabia, desesperación y odio venían en cadena.
—¿Por qué? ¿Por qué no dijiste nada?—la miré fijamente.
—No quiero cargarte con mis cosas, mi amor. No quiero arruinar tu felicidad. Perdóname.
—Tú me importas, mamá. Ese maldito me las va a pagar, te lo juro. Te sacaré de aquí, así sea lo último que haga. Espérame un poquito más. No permitas que ese desgraciado te vuelva a poner un dedo encima o te juro que no respondo, mamá— salí de la cocina.
—¿¡Lisa!?
Escuché que me llamó antes de irme, pero solo tenía en mente conseguir a Akira para que me ayudara, pero ¿Cómo podría ayudarme? En este momento debe estar buscando una manera para sacarme del medio.
Tengo que buscar la manera de terminar con todo esto y poder sacar a mi mamá de ahí. Con la frustración que siento dentro de mi ahora mismo, creo que soy capaz de matarlo.
Cuando salí de la casa, vi que el chófer era quien estaba. Akira no estaba por ninguna parte. Le pregunté al chófer para que me llevara a donde estaba, pero no lo permitió.
—Me dieron órdenes de llevarla a la casa, señorita.
—Por favor, llévame con Akira.
—No puedo, me dieron órdenes de llevarla directamente a la casa.
No me queda de otra que llamarlo. Saqué el teléfono para llamar a Akira, pero no respondió. Por más que llamé, no pude contactarlo. Le pedí al chofer que hablara con él, pero fue imposible. No tengo más opción que hacer todo lo posible de que Carter confíe en mí y, poder convencer a Akira con resultados. Necesito sacar a mi mamá de ahí cuanto antes.
Juro por todo que le haré pagar por todo lo que le hizo a mi mamá, así me toque venderle el alma al mismísimo diablo.