—A estas alturas, ya era imposible recuperar la atmósfera original de la reunión.
Satisfecha tras escuchar las afiladas palabras de Felt, Priscilla se fue del hotel llevándose a Al a rastras. Podría decirse que estaba encantada de haber logrado su cometido en ese lugar.
Considerando el daño que había causado, ella era realmente egoísta.
Todos habían vuelto rápidamente a concentrarse en su desayuno, incapaces de conversar tan alegremente como hacía un rato.
El impacto que ella había dejado era increíblemente hiriente para todos los presentes. Especialmente en cuanto a los sentimientos de Reinhard y Wilhelm, los cuales debían ser algo inimaginable para cualquier persona ajena.
Aun así, ambos hombres poseían tanta fortaleza que no permitirían que sus preocupaciones fueran evidentes en sus expresiones.
Naturalmente, la inminente reconciliación entre el abuelo y el nieto tendría que posponerse; lo cual era suficiente para que un fuerte nudo se formara en el corazón de Subaru.
_Otto: Menos mal que Garfiel no estaba presente.
Esas fueron las últimas palabras de Otto antes de que partiera hacia la Cámara de Comercio de Muse después de desayunar.
Justo como había dicho, se hubiera convertido en un asunto muy serio si Garfiel u otro individuo con tendencias iracundas hubiera estado en el desayuno. No era difícil imaginarse a Garfiel lanzándose encima de Heinkel en un arrebato de ira y causando una violenta tragedia.
Todos los que estuvieron presentes durante el desayuno tenían, en su mayoría, una naturaleza calmada y racional. Quizás Priscilla tuvo en cuenta incluso eso para sentir una mayor satisfacción.
_Subaru: …¿Cómo fue posible? El colmo de las coincidencias.
La suerte de la que Priscilla se jactaba de manera arrogante estaba más allá de lo imposible.
No había hecho más que traerles el peor de los resultados. Y aunque doliera admitirlo, era algo innegable.
La preocupación de Emilia y Beatrice sin duda dolía más que cualquier clase de indignación que Subaru hubiera sentido.
Incluso Felt había actuado con racionalidad, dejando a Subaru como el único que permitió que sus emociones le hicieran quedar mal. Subaru quería pedir perdón por su falta de consideración, tanto a sus amigos como a sus rivales.
Emilia y Beatrice habían vuelto a sus habitaciones para descansar brevemente antes de acompañar a Subaru en su paseo.
Subaru aprovechó este momento a solas para intentar disipar su frustración caminando, con sus pasos más fuertes de lo normal.
El interior de sus zapatos presionando contra sus pies parecía un reflejo de su frustración.
Pensando de esa manera, Subaru comenzó a aplicar más y más presión en sus pisadas, tratando de dejar salir sus sentimientos de esa manera, hasta que,
_Julius: No pises el suelo tan fuerte, le causarás problemas al personal del hotel.
Subaru, que tenía su mirada fija sobre sus pies, dirigió su mirada hacia la fuente del sonido.
Sin darse cuenta, había caminado hasta el pasillo que dirigía al patio. De pie en el patio se encontraba Julius, siendo aireado por el viento.
Su mano acomodaba su cabello purpura hacia atrás con un gesto ensayado, y toleraba la brisa fría formando una imagen muy dramática.
Como siempre, el atractivo rostro de Julius inspiraba envidia en Subaru, quien chasqueó su lengua hacia el joven hombre antes de tomar asiento junto a él en el pasillo.
_Julius: Emilia-sama y Beatrice-sama no se encuentran contigo, ¿correcto?
_Subaru: En efecto. Ninguna de las dos es una niña indefensa. Están en la edad en la que quieren tener algo de privacy, y yo poseo la suficiente delicacy como para respetar ese derecho. Ya establecí una hora y lugar para una date más tarde.
_Julius: Aunque no estoy muy familiarizado con algunas de las palabras que usaste, parece que has aprendido a comprender mejor lo que piensan otros.
_Subaru: ¡Gh, eres un…!
Dejando de lado las formalidades, Julius fue el primero en pronunciar palabras instigadoras de enfrentamiento. Sin embargo, luego de ver la expresión de Julius, el enfado de Subaru desapareció.
Julius sacudió su cabeza ligeramente.
_Julius: Me disculpo. Si de verdad fueras incapaz de ser considerado con otros, no le habrías alzado la voz al subcomandante frente a todos… Debería ofrecerte mi gratitud.
_Subaru: Suena como si me lo estuvieras agradeciendo, pero por favor no lo hagas. Ese tipo simplemente es de los que caen mal desde el inicio. Comparado con la forma en que los demás mantuvieron la calma, debí haberme visto horrible.
_Julius: En absoluto. Fue precisamente por tu precipitada forma de actuar que los demás pudieron mantenerse en calma, yo incluido. Parece que tus impulsivas reacciones en verdad fueron de ayuda.
_Subaru: Desde el principio no estabas planeando halagarme, ¿verdad?
Subaru frunció el ceño ante la genuina forma de hablar de Julius.
Julius siempre era sutilmente burlón cuando hablaba con Subaru, aunque se trataba de algo recíproco, así que Julius no tenía toda la culpa. En cualquier caso, era casi imposible que se hablaran con honestidad el uno al otro.
_Subaru: Lo sé. Debería actuar con mayor calma y serenidad para dar la imagen de caballero. Incluso teniendo el título de caballero, no puedo mantener la cabeza fría de manera voluntaria, incluso aunque todos esos modales básicos los enseñan desde la escuela primaria.
_Julius: Exacto. Ciertamente, desde el punto de vista del caballero, tu comportamiento de ninguna manera fue elogiable. Sin embargo.
Julius guardó silencio al mirar a Subaru, quien estaba incómodo.
Su siguiente acción ocasionó que los ojos de Subaru se abrieran de sorpresa.
_Subaru: ¿Qué estás haciendo?
_Julius: Justo lo que parece.
_Subaru: Lo que parece es que me estás haciendo una reverencia.
Julius estaba agachado e inclinaba su cabeza hacia Subaru.
Estos no eran los modales de un caballero. Ni tampoco un ritual ceremonial. No había inspiración alguna para este gesto. Esto era algo completamente raro en Julius.
_Julius: Gracias. Te lo agradezco. Gracias por mostrar la indignación que yo no pude.
_Subaru: …No tengo ni la menor idea de lo que estás hablando.
_Julius: Rendir honor al título de caballero significa que, sin importar la situación, debes actuar siempre con virtud. Incluso si tu propio amigo está siendo menospreciado, incluso si se dirigen a tu amigo con palabras inhumanas, no puedes permitirte actuar según tus propios sentimientos. Pero tú no eres así.
Manteniendo su postura, Julius le agradeció a Subaru repetidas veces.
Subaru no podía hacer más que sentirse perplejo ante tal inesperada reacción.
_Julius: Atrapado entre mi título y mis emociones, rápidamente decidí reprimir mi ira. Pero, al ver tus apasionadas palabras, me sentí avergonzado de mí mismo. Por lo que, quiero agradecértelo.
_Subaru: En vez de liberar tu ira, ¿eh?
_Julius: …
Subaru murmuró algunas palabras de comprensión, y Julius finalmente levantó la mirada.
Con una sola frase, Julius finalmente había revelado sus verdaderos sentimientos, los cuales se reflejaban en su mirada. Al verlo, Subaru no podía más que gruñirle.
_Subaru: Pero qué estupideces dices. De verdad, ya déjate de tonterías.
_Julius: …Que me deje de tonterías, ¿eh?
_Subaru: Pues claro. ¿Por qué debería enojarme en lugar de otra persona? Estaba molesto porque personalmente me sacaron de mis casillas, no porque hubiera otra persona que también quisiera gritarle a ese tipo mal afeitado. Yo jamás podría hacer algo tan ingenioso como expresar la ira de otra persona.
Como si estuviera malentendiendo el asunto, Subaru le dijo estos genuinos pensamientos a Julius.
Subaru no consideraba su propia ira como alguna clase de noble indignación. Después de todo, sólo Reinhard y Wilhelm podrían entender sus propios sentimientos.
Subaru no era más que alguien externo que simplemente se había molestado porque esa atmósfera había sido ensuciada. Su ira era únicamente por su propio bien.
_Subaru: Si estabas molesto, ¿por qué no dijiste nada? No hubiera podido lidiar calmadamente con el viejo yo sólo, pero si me hubieras echado una mano tal vez hubiéramos podido callarlo.
_Julius: A pesar de todo, él sigue siendo el subcomandante de los caballeros. Sería bastante problemático si me enemistara con un oficial comandante.
_Subaru: Esto no tiene nada que ver con tu rango. Y acabas de decir «a pesar de todo»; sé más flexible, por todos los cielos. Te la pasas pensando constantemente en comportarte como caballero, o en cómo actuar con el porte de un caballero, o cualquiera de esas cosas. ¿Es que acaso tu corazón también viste armadura de caballero?
_Julius: …
Frente a un callado Julius, Subaru descansó sus codos sobre sus rodillas y su rostro sobre sus manos, dando un suspiro exagerado.
Se trataba de una discusión tonta. Subaru no solo había rechazado la gratitud de Julius, sino que ésta también lo había hecho enojar.
Recordar la causa del incidente, incluido Heinkel, lo hizo enojar todavía más.
_Julius: «Incluso mi corazón viste armadura de caballero»… ah, eso duele.
_Subaru: Puede que la forma en la que lo dije haya sido muy artística, pero ignóralo. Sólo bromeaba.
_Julius: No, lo tendré en cuenta. Me alegro de haber aprendido una lección de ti. Esto es algo que jamás habría creído posible hace un año.
_Subaru: Tal vez ya hayamos dejado atrás esa incómoda situación, pero aún me ocasiona pesadillas.
De vez en cuando, Subaru tenía sueños que ocurrían en el campo de entrenamiento de los caballeros, y que trataban sobre su confrontación con Julius y la subsecuente brutal paliza.
Aunque el sufrimiento físico que experimentó aquella vez era algo doloroso de recordar, lo que tuvo que sufrir mental y emocionalmente dolía mucho más. El recuerdo de su propia incompetencia se había grabado con claridad en su mente, lugar donde, de vez en cuando, se volvía a reproducir cual película.
Aunque sus pesadillas no consistían únicamente de su duelo con Julius, de todas formas se trataba de algo capaz de rivalizar con los recuerdos de tantas muertes.
_Julius: Si te es posible, preferiría que dejaras de hacerlo. Solo pensar en encontrarme contigo en tus sueños cada noche no es nada agradable.
_Subaru: Eso es gracioso viniendo del culpable. ¿No crees que preferiría que mis sueños sólo trataran de mí teniendo intimidad con Emilia-tan?
_Julius: Así que ahora tienes que recurrir a tus sueños para que siquiera exista la posibilidad de que puedas conquistarla, en vez de hacer uso de tus capacidades en la realidad. Cuadra con tu estilo.
_Subaru: Eres un bastardo, no me trates como basura luego de elogiarme. ¡Además, mira quién habla!
_Julius: Anastasia-sama es una mujer encantadora. No hay más grande honor que poder servirle de cerca. Naturalmente, creo que debería estar muy feliz con mi puesto.
Frente a la respuesta calmada de Julius, Subaru dejó salir un gruñido como de gato.
La incomoda atmósfera había desaparecido junto con aquella reverencia mientras Julius recuperaba su imagen de siempre.
Subaru frunció el ceño aún un poco incómodo, pero estaba aliviado; y entonces tosió y cambió el tema de conversación.
_Subaru: Sobre aquel hombre mal afeitado… dijo que era el subcomandante o algo así, ¿eso es verdad?
_Julius: Es comprensible que lo dudes, pero sin duda alguna es la verdad. Ese hombre es el Subcomandante de los Caballeros del Reino de Lugnica, Heinkel Astrea.
_Subaru: ¿Acaso están ciegos? ¿O sordos? ¿O sólo mal de la cabeza?
_Julius: De verdad lo cuestionas todo. Por supuesto, ninguno de los caballeros de alto rango o de los escuderos tienen permitido cuestionar cuán calificado está el subcomandante. De hecho, el título de subcomandante sirve más de decoración, y hasta la fecha, nadie lo ha visto cumplir con sus deberes.
Julius respondió mientras sacudía la cabeza, y la imaginación de Subaru comenzó a dibujar la imagen de un oficial de alto rango.
Que se te otorguen increíbles recompensas mientras evitas cualquier clase de responsabilidad verdaderamente importante — esa era exactamente la manera en que Subaru imaginaba a la mayoría de los oficiales de alto rango del gobierno, y esa era exactamente la situación de Heinkel.
Además de eso, las personas que lo rodeaban eran conscientes de su incompetencia y sabían de su comportamiento.
_Subaru: ¿Será que se está aprovechando de su estatus como padre del Santo de la Espada?
_Julius: …Ese no es… completamente el caso. Tomar el puesto de subcomandante no es algo que se escaparía de la atención de su hijo, Reinhard. Aunque la imparcialidad de Reinhard es universalmente conocida, ¿qué ocurre cuando el asunto involucra a su familia? No todos confiarían en él.
_Subaru: No creo que Reinhard estuviera dispuesto a romper su código moral por su padre.
_Julius: Incluso siendo así, sigue siendo su padre. Sin importar lo que otros piensen, para Reinhard, él es sin duda alguna un miembro de su familia con el que comparte sangre. Nadie puede saber de verdad lo que él piensa.
Julius hablaba con calma para tranquilizar al enfadado Subaru.
Apretando sus dientes, Subaru dejó salir un gruñido de irritación.
Sin importar cuán mediocre pudiera ser, mientras siguiera siendo el padre de Reinhard, entonces sólo el corazón del propio Reinhard sabría si debería renunciar o no a su relación.
Como un caballero que valoraba la imparcialidad y el civismo, no debería dejarse engañar por la paternidad. Pero no sería fácil para Reinhard cortar por completo una relación como esa.
Obviamente, para las personas ajenas a ello, no les costaría tener una postura firme respecto a lo que Reinhard debería o no hacer, pero hacer eso sería increíblemente arrogante.
_Subaru: Dijiste que «no es completamente el caso», ¿entonces hay más razones? Qué más podría…
_Julius: También es la cabeza de la Casa Astrea, y el hijo de Wilhelm-sama. En pocas palabras, está relacionado con el mejor caballero del reino y la anterior Santa de la Espada. No obsequiarle un puesto de alto rango podría conducir a la traición por parte de ellos, y esa es una posibilidad que no podemos ignorar.
Al escuchar la respuesta breve y sin emociones de Julius, Subaru sólo necesitó unos segundos para comprender lo que implicaba.
_Subaru: ¡Maldito país! ¡Ya sea Reinhard! ¡O Wilhelm! ¡Eso jamás sería creíble! ¡Creer que si Heinkel le llegara a guardar rencor al país entonces toda la familia del Santo de la Espada también lo haría…! Tratarlos con tanta cautela, como si fueran explosivos inestables… ¡Si así es como son las cosas, entonces…!
Si así eran las cosas, entonces ¿no era eso un insulto hacia Reinhard y Wilhelm?
Su honor era evidente, y aun así el país los creía capaces de cometer traición.
La ira que Subaru sintió en ese momento había alcanzado el nivel de ira que sintió durante el encuentro con Heinkel. Julius sacudió la cabeza y presionó su mano sobre el hombro de Subaru.
_Julius: Tu ira era previsible. Sin embargo, el reino tiene que tener en cuenta cualquier posibilidad.
_Subaru: ¡Algo imposible no es una posibilidad! ¡Algo como eso obviamente nunca pasaría!
_Julius: …Wilhelm-sama era el antiguo comandante de los caballeros de Lugnica.
_Subaru: ¿¡—!?
Subaru, que había estado tratando de escapar del agarre de Julius, sin darse cuenta dejó de moverse al escuchar esas palabras.
_Julius: Hace catorce años, alguien de la familia real fue secuestrada en la capital. Durante ese tiempo, Wilhelm-sama encabezaba a los guardias, y había sido puesto a cargo de la búsqueda.
_Subaru: ¿Y qué con ello? Incluso yo conozco eventos famosos como ese.
Felt era esa «alguien de la familia real» que había sido secuestrada durante su niñez — este era el rumor que se había esparcido por todos lados. Subaru, que ya había descartado dicho rumor, no había entendido el significado de las palabras de Julius.
_Subaru: Sé que la descendiente real nunca fue encontrada. ¿Y qué? Wilhelm-san se hizo responsable, y entonces renunció como caballero, ¿y creen que esa es su razón para odiar al reino? Pero entonces…
_Julius: En aquel momento, la anterior Santa de la Espada fue enviada en una expedición para subyugar a la Ballena Blanca — justamente durante los días en que Wilhelm-sama había sido enviado a buscar al secuestrador.
_Subaru: …
Pensando en las palabras de Julius, Subaru se sumergió en sus pensamientos.
Algo que Wilhelm dijo una vez parecía poder llenar el espacio en blanco que quedaba.
Wilhelm había dicho que no había estado junto a su esposa cuando ella murió.
_Subaru: …Por culpa de la búsqueda del miembro de la familia real secuestrado, Wilhelm no pudo estar con su esposa cuando ella murió; ¿y por eso creen que Wilhelm odiaría a la familia real y al reino?
_Julius: Desconozco cuál era la verdadera intención de Wilhelm-sama. Pero, es verdad que luego de que la búsqueda de la princesa terminara y que la gran subyugación acabara en fracaso, Wilhelm-sama se retiró de su puesto en la guardia. Luego de ello, esa rama de los caballeros habría terminado colapsando de no ser por los pasos que Marcus-sama dio para reorganizarlos.
_Subaru: ¡Eso no me importa! ¡Estoy tratando de hablar de Wilhelm-san! Tú… ¿de verdad crees eso? ¿Que Wilhelm-san les guardaría rencor a todos debido a su esposa? ¡Eso es… es…!
¿De verdad pensaban que Wilhelm van Astrea levantaría una bandera de rebelión en contra del reino a causa de su propio resentimiento? ¿Acaso alguien sería capaz de pensar eso luego de ver a alguien tan profundamente enamorado y dispuesto a darlo todo por su amor? ¿Nunca lo han mirado a los ojos, o visto lo admirable que era?
¿Jamás habían visto la honesta hoja del Demonio de la Espada?
_Subaru: ¡Él jamás haría algo así, ¿por qué nadie lo entiende?!
_Julius: …
Esta vez Subaru sí logró quitarse del hombro la mano de Julius, empujó el pecho de Julius y se puso de pie mirando fijamente a Julius, quien retrocedió y le devolvió la mirada a Subaru con sus ojos amarillos, pareciendo admirar la ira de Subaru. Entonces lo entendió.
Entendió que había dirigido su ira hacia donde no debía. Que lo que Julius había dicho no reflejaba lo que él pensaba. Que la actitud de Julius ya había demostrado qué era lo que pensaba de verdad.
Después de todo, hace un año, Julius había consolado a Wilhelm luego que matara a la Ballena Blanca.
Había consolado a Wilhelm, quien había pasado catorce largos años tratando de vengar a su esposa.
No cabía duda de que él jamás sospecharía de que Wilhelm fuera a crear una revuelta en contra del reino.