¿Por qué estamos siguiendo tan fácilmente los infames complots de una niña de nueve años?
Enfadado por no lograr impedir que eso sucediera, Subaru observó la espalda de la niña que los estaba llevando a través del pasillo.
—Annerose Miload.
Al ser de una rama de la familia de Roswaal, ella compartía varias características distintivas con él. Como su destacable cabello azul marino y sus ojos azules.
Su cabello estaba peinado con una trenza con forma de corona, pero como Subaru no conocía el nombre de ese peinado, se refirió a ella mentalmente como "La loli de las trenzas".
Ella poseía un agudo ingenio, impropio para una niña de 9 años. Su inteligencia y sensatez verdaderamente la hacían parecer un familiar de Roswaal, pero lo que más se asemejaba a Roswaal no tardó en revelarse:
_Annerose: ¿Emily, te importaría cogerme de la mano?
_Emilia: ¿Eh? Oh, claro, Anne.
_Annerose: Te lo agradezco. Además de eso, Emily. ¿Me dejarías abrazarte?
_Emilia: ¿Eh? Oh, claro, Anne.
_Annerose: Te lo agradezco. Además, Emily. ¿Te importaría llevarme en tus bra—
_Subaru: Ya basta.
Subaru alejó a Annerose de Emilia.
Los ojos de Emilia se abrieron de par en par.
Annerose se limpió el regazo, sin alterarse, antes de exageradamente darse palmadas en los hombros, donde Subaru la tocó.
_Annerose: Qué bruto eres al separar a dos personas que anhelan tocarse, Subaru.
_Subaru: ¿De dónde sacaste eso de "anhelan tocarse"? A mí me pareció que tus preguntas iban más dirigidas a pasear con ella a solas por la finca Miload.
_Annerose: Qué persona tan inmadura debes de ser, Subaru, si no eres capaz de ignorar las encantadoras bromas de una niña.
_Subaru: ¡Lo haría si de verdad fuera solamente eso!
Annerose intentó justificar sus acciones de una manera genial. A pesar de sus palabras, aún trataba de agarrar la mano de Emilia cada vez que se presentaba una oportunidad, así que Subaru no podía descuidarse.
Annerose tenía consanguinidad con Roswaal, y era una prodigio más allá de su edad.
Y su rasgo más peculiar era que, por algún motivo, a ella le gustaba muchísimo Emilia.
Desde el día en el que el grupo se quedó en esa mansión y la conocieron, Annerose había demostrado un excesivo apego hacia Emilia. Emilia era una inocente cabeza hueca, así que quizás lo veía como una linda muestra de afecto, pero Subaru lo veía de otra manera.
Al fin y al cabo, ella era familiar de Roswaal. La preferencia hacia los semihumanos de Roswaal había sido superado por su amor por Echidona, pero podría haber sido diferente en el caso de su familiar.
Muchos de los sirvientes de la casa de Roswaal eran semihumanos, los cuales Roswaal reunió de todas sus tierras, en las que aparentemente habían sido perseguidos, y ahora estaban tomando asilo en la residencia de Roswaal por orden suya.
Considerando que Annerose nació y fue criada en este ambiente, los semihumanos eran una presencia familiar para ella. Pero, aunque ella no tuviera ningún prejuicio en contra de Emilia, su amabilidad era excesiva.
En pocas palabras, Subaru estaba intentando evitar que Annerose le arrebatase a Emilia.
Y Annerose estaba intentando evitar que Subaru monopolizara a Emilia.
Esto los convertía en rivales por el afecto de Emilia.
Pero,
_Emilia. Por favor, Subaru. No sé qué es lo que te crispa, pero no puedes estar enfadado con Anne de esta manera cuando ella sólo es una niña. Estás siendo inmaduro.
_Subaru: ¿Quién dice crispar hoy en día? No… quiero decir, no importa. Emilia-tan, para que quede claro, la mirada de Annerose no es de las que te hacen permitírselo todo con la excusa de que es una niña y—
_Emilia: ¡Nada de excusas! Lo lamento, Anne. Creo que Subaru sigue estando nervioso por estar en una mansión que no conoce.
_Subaru: ¡Y lo que dije sigue siendo verdad aunque actúes como si yo fuera una mascota intranquila que pareciera haber sido abandonada!
Subaru y Emilia tenían posturas diferentes sobre Annerose, así que cada vez que el tema se centraba en cómo se sentían sobre ella, se convertía en una de estas discusiones sin sentido.
¿Por qué Emilia no notaba lo empalagosa que era Annerose?
_Subaru: Quizás es una de esas cosas que sólo pueden notar las personas que buscan el afecto de Emilia cuando otra persona hace lo mismo, ¡definitivamente es eso—!
_Annerose: Emily. Subaru acaba de confesar que quiere tener relaciones contigo. Qué indecente.
_Subaru: ¡Esas palabras que dices sí que son indecentes! ¿¡En verdad sólo tienes 9 años!?
Beatrice sólo era superficialmente ofensiva, pero Annerose lo era completamente.
Subaru habría tomado esa "indecencia" como una simple réplica, suponiendo que hubiera salido de la boca de Beatrice, pero de alguna manera se sintió como un verdadero insulto cuando Annerose lo dijo.
_Emilia: ¿Por qué es que ustedes dos no pueden llevarse bien? Es muuuy abracadabrante…
_Subaru: Es porque ambos…
_Emilia: ¿Ambos?
_Subaru: —Mhn, sg.
Emilia ladeó la cabeza. Pero Subaru no continuó con el resto de la oración.
Le había demostrado el amor que sentía por ella incontables veces, pero decirlo en frente de otras personas lo hacía sentir vulgar. Además, él lo había dicho accidentalmente dejándose llevar por el momento, lo cual lo hacía parecer mediocre y penoso.
Con el rabillo del ojo, vio a Annerose sonreír triunfalmente.
_Annerose: Bueno, me abstendré de burlarme más de Subaru. Ahora, hablemos en mi habitación, ya que hemos llegado.
Dijo Annerose a la inocente Emilia y al sonrojado Subaru.
Abruptamente, Subaru se dio cuenta de que habían caminado por todo el pasillo, y en verdad se encontraban en frente de una puerta demasiado adornada. Era la habitación de Annerose.
Aparentemente, Emilia había sido invitada en múltiples ocasiones, pero para Subaru, era la primera vez que venía aquí.
Annerose cogió la mano de Emilia y, con mucha destreza, se movió para darle la bienvenida a su habitación. Pero Subaru se detuvo y replicó.
_Subaru: Espera un momento, las palabras "Habitación de Annerose" me producen mucha desconfianza, así que entraré yo primero.
_Annerose: —Huu. Muy bien, adelante. Eres libre de hacer lo que te plazca.
Aunque parecía irritada por ello al principio, suspiró y cedió ante Subaru.
Subaru puso su mano en el pomo y, estando un poco tenso, entró a la habitación.
Donde,
_Clind: He estado esperando su presencia, Natsuki-sama. El té y las pastas están preparados. Por favor, siéntese y relájese. —Conversación agradable.
Clind le dio la bienvenida con una formal reverencia.
Un Subaru aturdido y sin palabras miró hacia atrás, para ver a una Annerose completamente calmada.
_Emilia: ¿Ah, Clind-san? Creía que te habías ido a comer con Beatrice y Petra.
_Clind: Eso hice, Emilia-sama. Sin embargo, parece que la ama pensó en tener una fiesta de té en su habitación, por lo tanto, yo me encargué de las preparaciones. —Gran urgencia.
_Emilia: Tienes razón, Anne dijo algo parecido.
_Clind: Así es, la ama así lo pensó. —Perspicacia aguda.
Emilia asomó su cabeza por detrás del inmóvil Subaru mientras hablaba con Clind, pero parecía que su conversación no encajaba completamente.
Era como si Clind hubiera dicho que ella "lo pensó" en lugar de "lo pidió".
_Annerose: Tratar de comprender las peculiaridades de Clind de manera lógica te llevaría a la locura. Lo mejor para la mente es que simplemente lo aceptes.
_Clind: Siempre estoy vigilante para mantenerme un paso adelante de mis llamados. —Gran objetivo.
¿Cómo demonios se logra eso estando vigilante?, pensó Subaru; pero Annerose y Emilia se veían indiferentes ante lo ocurrido mientras empezaban a tomar asiento.
Mientras ladeaba la cabeza mentalmente, Subaru también se unió a la fiesta del té.
_Annerose: Dado que Clind ya ha preparado el té, deberíamos proseguir con nuestra conversación.
_Clind: Conversación que trataba sobre la mejora en la relación entre Frederica y Garfiel-sama. —Conciliación intermediada.
_Subaru: Clind-san, eres del tipo de mayordomo que en realidad pertenece a un grupo de clones?
_Clind: Esa posición ya ha sido tomada por Lewes-sama. —Idea repetida.
Parece que Clind pensaba que incluirse a la conversación sólo estorbaría. Preparó el té y los bocadillos para todos, para después irse a una esquina de la habitación, donde se paró tan quieto como una estatua.
Su mirada se quedó fija en Annerose, pero ella lo ignoró, se había acostumbrado a eso desde hace tiempo.
_Annerose: Bueno, la opinión de Clind es correcta, esto es sobre nuestro mutuo interés en ir mejorando la relación de Frederica y Garfiel… ¿No es así?
_Emilia: Sí, así es. Hemos estado quemando neuronas tratando de hacer algo, pero aún no hemos dado con una idea buena. Ha sido una verdadera barahúnda.
_Annerose: Eres adorable cuando estás estresada, Emily. —Entonces, ahora que os habéis aventurado por la mansión para discutir el asunto, y os habéis encontrado en un punto muerto, finalmente han acudido a mí.
_Subaru: Deja de añadir tus motivos ocultos subliminalmente.
Annerose, despreocupada, ni se inmutó ante la reprimenda de Subaru.
En cualquier caso, ella parecía entender la situación de Emilia y Subaru, lo cual les evitó la explicación.
_Subaru: Dejando eso de lado, ¿también quieres que se reconcilien? ¿Por qué? Todos los demás insistieron en dejar que el tiempo lo resolviera.
_Annerose: ¿Quizás porque evito más la resignación y estoy menos acostumbrada a esperar? Debo afirmar que la gente con la que hablaste es de esa índole.
_Subaru: No te andas con rodeos, ¿eh? ...No, pero, también le hemos preguntado a Otto.
_Annerose: Entonces me corrijo para incluir a los que no conocen el éxito.
_Subaru: ¡Qué severa!
Y qué triste era para Otto que Annerose llegase a tener esa impresión de él, cuando sólo se habían conocido hacía una semana.
Pero lo mejor era que Subaru se quedara callado, considerando que no la podía refutar.
_Annerose: No puedo negar que el tiempo resolverá el asunto. Una separación de diez años… en una década más el asunto se resolverá por sí solo. pero eso es un plazo demasiado prolongado. Puesto que, diez años, ¡es la misma cantidad de tiempo desde que mi madre y mi padre se besaron por última vez!
_Subaru: ¿Gggggggn?
En medio de un desvarío nada propio de una niña, abruptamente alcanzó una conclusión infantil.
Siendo incapaz de seguir con el repentino cambio, Subaru gruñó, haciendo que Clind pusiera un dedo en su boca para pedir silencio.
Subaru no comprendía la situación en su totalidad, pero quizás el conocimiento que Annerose tenía de esos temas eran en realidad los propios de una niña de nueve años. Aunque prefirió no comprobarlo, porque Emilia también se encontraba allí, bajo el mismo malentendido.
_Annerose: ¿Te importaría explicar ese extraño gruñido, Subaru?
_Subaru: No es nada. Sólo algo de flema y frustración atascada en mi garganta.
_Annerose: Ya veo. Qué malestares trae la pubertad. ...Aun así, no tengo la más mínima intención de hacerlos esperar por una década.
_Emilia: Opinamos lo mismo. Pero, ¿tienes alguna idea, Anne?
_Annerose: ¿Tú qué pensabas del tema, Emily?
Eso era contestar una pregunta con otra; sin embargo, Emilia frunció sus lindas cejas y puso un dedo en sus labios.
_Emilia: Emmm… Yo creo que ellos dos se quieren reconciliar. Parece que Garfiel está tratando de crear la oportunidad para que puedan hablar y, aunque Frederica esté incómoda, creo que quiere hablar.
_Annerose: Ya veo, entiendo. ¿Y entonces?
_Emilia: Y entonces me he estado preguntando si lo más sencillo sería encerrarlos en una habitación juntos.
_Subaru: ¡Desde luego, te gustan los planes bárbaros, ¿eh, Emilia-tan?!
Aunque Subaru no tuviera una mejor idea, le era chocante oírlo salir de la boca de Emilia. Además, no es que odiara la idea, pero tenía unas cuantas dudas sobre ésta. En concreto,
_Subaru: Bueno, supongo que podríamos arrojarlos en una habitación, pero esos dos podrían fugarse de cualquier lugar si trabajan juntos. Preferiría que no destruyéramos la mitad de la mansión haciendo esto; así que, en lugar de una mansión destruida, tenemos una semana para hacer que se encuentren en un espacio juntos; ¿qué es esto, un speedrun?
_Emilia: ¿Y qué deberíamos hacer, Subaru? ¿Debería usar magia de hielo para hacer una habitación en la que podamos encerrarlos?
_Subaru: ¡No, no creo que hagan falta unas medidas tan drásticas para revivir su amor fraternal! Sólo, ¡ya sé! Algo así como, ¡hacerlos entrar en una habitación mientras comparten un objetivo!
_Emilia: ¿El mismo objetivo...?
Emilia ladeó su cabeza, confundida.
Subaru se las arregló para mantener alejadas esas ideas criminales, pero su propuesta se había quedado corta.
Pensó en hacer que compartieran un objetivo, pero no tenía una idea concreta de lo que ese objetivo debía ser. ¿Debería hacerlos enfrentar un monstruo que sólo puedan derrotar juntos? ¿Dónde encontrarían un monstruo tan conveniente?
_Annerose: A decir verdad, pienso lo mismo que Subaru.
_Subaru: ¿Eh? ¿Sabes dónde contratar cíclopes y quimeras?
_Annerose: Retiro lo dicho.
Annerose miró con desprecio a Subaru, quien se disculpó sacando la lengua y golpeando su cabeza.
La niña de nueve años suspiró, mientras que las mejillas de Emilia se ruborizaron y sus ojos se llenaron de expectativa.
_Annerose: Pensamos lo mismo en cuanto a hacerlos compartir un objetivo. Pero imagino que lo que conocemos de ellos difiere, y así diferirán las ideas que concibamos, Emily.
_Emilia: ¿Lo que conocemos de ellos?
_Annerose: Tú conoces más a Garfiel que Frederica; mientras que yo he conocido a Frederica por más de ocho años. Esa cara-colmillos ha estado conmigo desde que tengo conciencia.
Subaru más o menos entendía lo que Annerose estaba tratando de decir.
Al tener una buena relación con Frederica, ella podía suplir la información necesaria para contestar lo que Subaru no podía—es decir, sobre qué puntos en común podrían llevar a un mismo objetivo entre Frederica y Garfiel.
_Subaru: ¿Estás segura de que esto funcionará?
_Annerose: Siempre y cuando tenga ayuda, sí. Ahora, Frederica no presenta ningún problema, pero Garfiel puede que sí.
_Subaru: ¿Garfiel?
_Annerose: Si la personalidad de Garfiel es la misma que he observado estos últimos días, entonces no debería haber ningún problema.
Subaru no sabía con cuánta intensidad Annerose había prestado atención a la actitud de Garfiel, pero, hasta donde él sabía, Garfiel había sido él mismo durante su estadía aquí.
Él no estaba siendo tan innecesariamente testarudo como lo había sido en el Santuario, ni había intentado esconder su inmadurez, propia de alguien de 14 años. Por lo menos de eso, Subaru podía dar fe.
_Subaru: Garfiel está siendo completamente genuino, así que no hay problemas.
_Annerose: Excelente. Ahora, precisamos ayudantes… tal vez podríamos obtener ayuda de Lewes-san, su familia.
_Subaru: ¿De Lewes-san?
Ella era la primera en quien pensaría si le preguntaran sobre los más cercanos a Garfiel.
Pero no parecía completamente cooperativa, y era incierto si ella se animaría a participar de todo eso. Aun así, Annerose parecía pensar lo contrario, y le hizo un gesto a su mayordomo.
_Annerose: Clind.
_Clind: Deberíamos retrasar las preparaciones para la cena unas dos horas y usar la cocina. —Idea propuesta.
_Annerose: Ya veo. Muy bien. Haz el favor de informar sobre eso a quien sea que se esté encargando de la cena.
_Clind: Como desee, lo haré rápidamente. —Paso veloz.
Luego de esa rápida interacción, Clind salió silenciosamente de la habitación. Subaru y Emilia observaron, sorprendidos, mientras que Annerose tomaba un sorbo de su té, sonriendo.
_Annerose: Ahora, resolvamos este asunto con soltura, ya que todavía quedan otros de los que hace falta encargarse.
Dijo ella, sumiendo aún más a Subaru y Emilia en una profunda confusión.