Mi respiración se entre corta y siento un dolor muy fuerte en el corazón, mi respiración se vuelve mas pesada y siento como mis lagrimas mojan mis mejillas, mis ojos se van cerrando poco a poco y veo a mi madre desaparecer de nuevo.
Cuando recupero la conciencia veo que estoy otra vez en ese lugar oscuro, mi cuerpo se estremece y el miedo inunda mis sentidos.
-¿Quieres verme?.- Una voz escalofriante resuena repetidas veces en ese lugar. -Ven, te ayudaré a que dejes de lastimar a los otros... Si te sigues quedando ellos desaparecerán.- La voz se escucha cada vez más cerca de mi.
-¡Largo! ¡Déjame ir! ¡Vete!.- Grito con todas mis fuerzas pero una risa áspera se escucha tras de mi. Tapo mis oídos y cierro los ojos para evitar ver que es esa cosa.
Pasan unos segundos y todo se tranquiliza, abro los ojos lentamente y lo primero que veo es a mi madre tratando de mantenerse a flote en el lago donde tuvimos el accidente, corro hacia ella pero mis pies están atados a unas cadenas largas y pesadas.
-¡Mamá! ¡Ven! ¡Tu puedes!.- Mi madre comienza a cansarse y deja de luchar. -¡Dijiste que estarías conmigo! ¡Prometiste cuidarme siempre!.- Las lagrimas corren sin control por mi rostro, la desesperación e impotencia invaden mi cuerpo al verla desaparecer el en agua sin dejar rastro. -¡Mamá!.-
Me levanto de la cama llorando y empapada de sudor, mi cuerpo tiembla al recordar el sueño tan horroroso que acababa de tener. Mi amiga se levanta y al verme me abraza con fuerza.
-Todo esta bien Sash, solo fue un sueño.- Busco sus manos y las tomo con fuerza, lloro en su hombro al recordar el rostro de mi madre. Poco a poco logro calmarme pero sigo temblando, mi amiga me recuesta en la cama y toma mi temperatura.
-¡Por dios Sasha estas hirviendo!.- Se levanta de la cama de prisa y toma un termómetro de su cómoda, se acerca a mi y lo coloca en mi boca, toma mis manos y espera a que este listo para después tomarlo y salir corriendo de la habitación.
Pasan unos minutos, Ashley regresa con medicamentos y un paño de agua húmedo, se sienta a un lado de mi y comienza a cuidarme. Me siento débil y quiero cerrar los ojos pero no puedo al ver a mi amiga tan preocupada. No se cuantas horas pasan pero comienzo a sentirme mejor, recuesto a mi amiga a un lado de mi y la abrazo, ella intenta levantarse para seguir cuidándome pero se lo impido, al darse cuenta que no cederé se relaja y me abraza, poco a poco ambas volvemos a dormir.