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100% EL GRINGO - PARTE 2 y 3 (Parte 10-30) / Chapter 2: EL GRINGO PARTE 3 (Cap 20-30)

Chương 2: EL GRINGO PARTE 3 (Cap 20-30)

io Cristian. No le pude dar la mano. De espaldas se perdió entre los escombros.

Mi hijo y mi amigo. Me tiré al piso, me puse las palmas en el rostro y lloré mientras escuchaba los gritos y choques, me levanté para ir a por mi hijo pero perdí rápidamente mis energías. Caí al suelo hasta cerrar los ojos."

27.

Despierto y me empiezo a sentir preocupado, principalmente por el futuro del país después de las elecciones, luego por mi futuro, ya que el Gringo volvió.

Le había dicho a Chloé que eso ya era pasado, no quería contarle que había vuelto a suceder, no entiendo ese tipo que quiere que yo haga, ¿qué me suicide?, sencillamente no conozco la respuesta. Pero si una sola vez más sucede, voy a acudir a ayuda profesional.

Salí a trabajar, era un trabajo de oficina, de esos bien remunerados, pero no era mi tipo de trabajo, entiendo que hay gente que lo disfruté pero por mi parte no era así.

Ya llevaba ese año allí, pero siempre pensaba en que tal sería un trabajo de sueño, en que haya más iniciativa que obligación. Pero personas mayores me han dicho que eso no suele pasar, que no siempre se hace lo que a uno le gusta, yo voy por ese camino, por lo que me decían los demás, creí que era el correcto.

Extraño la señora inspiración y mis momentos con ella, donde saque el infante que tenía adentro. Con pasatiempos que me hacían sentirme mejor conmigo mismo, donde aprendía. Pero si uno crece no debe hacer esas cosas que "no sirven para nada".

Pasó un mes aproximadamente, en el trabajo el jefe me llamó a su oficina. Eran cerca de las 6 de la tarde .

—Juan Camilo, le agradezco mucho su ayuda y su apoyo, se entiende que ha hecho lo posible por el bien de la compañía, pero me temo que debo pedirle firmar la carta de renuncia.

—¿Por qué?, he intentado no faltar con nada. No he tenido problemas.

Hizo gestos compasivos con el rostro, que no hicieron más que enojarme, al final no dijo nada. Añadí entonces:

—Está bien, ya firmó. Muchas gracias.

Me parecía mal agradecido perder mi trabajo después de tanto esfuerzo, firme con cólera, que fue repentina, como cuando un fósforo  se enciende. Trasnochaba cumpliendo con mi deber, pero eso no lo ve nunca nadie y aún así me tratan con pesar; un jefe no es más que un empleado, un maestro nunca será más que un estudiante, un famoso jamás será más que un vagabundo; todos son invaluables, por la simple razón de que son humanos. La gente categoriza, clasifican en jerarquías que siempre consideré ridículas.

Maldita sea, me guarde cada grosería que quería soltar en ese momento de cólera y me fui a casa al tiempo que empezaba a cubrir la noche. ahora nadie ayudará a mamá con el mercado y ella también trabaja fuertemente y aguantando malos tratos. Así es la vida, nunca será justa. Mamá me tenía lista la comida, pero la rabia no me permitió intercambiar palabras. Ya era la hora de dormir.

28)

"Me levanté a media noche en mi casa, estaba lloviendo, escuche unos pasos afuera de la ventana, alguien estaba caminando alrededor de la casa, mire a través de la cortina, luego la corrí un poco, había un tipo en el jardín con el gabanne que ya he visto antes. <¡Maldita sea!> Me dije en el pensamiento. <Otra vez ese infeliz>.

Era el Gringo, se alejó de la casa unos metros y se hizo en la mitad de la calle, desde allí sacó una ametralladora con la cual empezó a disparar a toda la casa. A todas las ventanas.

Me tiré inmediatamente al piso, a la vez que me caían pequeño trozos de cristal, residuos de las ventanas que eran acribilladas. Me arrastre a buscar a la señora inspiración pero no la encontré.

— ¡Juan, ven! — gritó mamá desde la puerta de mi habitación— Subamos a ver a los abuelos, agachate.

Me mantuve agachado y con ella subimos, pasamos por frente de la puerta de entrada, que tenía sus ventanas rotas y vi al Gringo caminando hacia ella, ya estaba muy cerca.

Mamá tenía pavor y lo decía su rostro. Cosa que genera un suplicio incalculable en mi. Subimos al cuarto de los abuelos y ellos estaban ya de pie.

—¡Llama a la policía!— dijo mi abuelo.

Mamá llamó. El gringo golpeaba la puerta de la entrada repetidas veces y junto con unos disparos la abrió.

—¡No contestan!— dijo mamá

—¡No importa mamá!

Nos metimos en la habitación más grande de la casa y tomamos objetos para defendernos, pusimos todo lo que podíamos en frente de la puerta: el escritorio, las mesas de noche, sillas. Para bloquear el paso.

Nos quedamos en silencio, en los rincones de la habitación donde podíamos estar seguros de casi cualquier disparo.

Fueron unos largos segundos de silencio.

Hasta que unos golpes fuertes y unos quiebres comenzaron a inducirnos al desespero. Eran patadas a la puerta y disparos. Que acabaron con la función de la misma, dejándola resquebrajada, de la misma manera empezó a correr todos los objetos hasta subirse sobre los más pesados y saltar dentro de la habitación, donde estábamos nosotros.

Me avalance con un bate y le golpee la cabeza, como lo hicieron quienes estaban conmigo, pero para él no fueron ni cosquillas, me golpeó con la cacha del arma y caí contra la pared mientras veía que me lavaba en sangre.

Vi como le disparó al abuelo, luego a la abuela y con un golpe fuerte en el pecho que emitía un singular crujido les arrancó el corazón. Quien sabrá con qué maldito fin. Mamá en esos momentos me tomó del brazo y me puso sobre el escritorio. Yo no podía reaccionar bien, no sabía ni cómo actuar.

—¡Tienes que huir!.

Exclamó, mientras me empujaba al otro lado de escritorio, apareció mi papá. Quien me jalo y me alzó entre sus brazos, llevándome a la azotea.

—Acabé de llegar ¿qué está sucediendo?. ¡Dios!, tu madre, debo ayudarla.

Me dejó en la azotea bajo la lluvia y bajo corriendo.

Cerré la puerta de metal mientras mi sangre se encharcaba. Me arrastraba hacia atrás alejándome de esa puerta. Solo escuche 2 disparos y 2 crujidos más. Entre el agua ensuciandome, estaba empezando a entender y asimilar las cosas. Como quisiera tan solo expresar una fracción del suplicio que sentí. Me recosté en la pared más alejada. Ya no quería seguir sufriendo. Si me asesinaba de una vez sería mejor que vivir torturandome.

Golpe y disparo, golpe y disparo. La puerta se cayó. Tiró los 4 corazones al suelo húmedo.

Se acerca a mí lentamente.

—¿Qué quieres de mí?.

No respondió.

Pero siguió caminando, bajo los truenos. Salpicando agua y sangre con sus botas.

Se acerca y se agacha frente a mí, mostrando su irreconocible cara. Pone su mano lentamente en mi pecho empezó a presionar.

Cerré los ojos y apretaba el cuerpo por el dolor. No pensé nada en ese momento, solo sabía lo que me esperaba. Pero sin que me lo esperara, se detuvo. Abrí los ojos y allí estaba el Gringo, se puso de pie y empezó a retroceder lentamente, como si estuviese asustado. Sin entender qué sucedía, miré a mis alrededores y encontré bajo mi brazo a la señora inspiración que se sentó sobre mí. Solo lo miraba fijamente.

El Gringo se dio la vuelta y bajó por las escaleras corriendo. No entendía, cómo hizo para salvarme, solo la abracé.

Se detuvo la lluvia y el sol empezó a nacer. Después de varias decenas de minutos en que pensé y lloré patéticamente, Llegó la policía a donde yo estaba.

—¿Cómo está usted?.

—Mal, necesito mi familia.— No pude hablar más.

Se acercó un policía y le dijo a los que estaban conmigo

—¡Manda a decir el Gringo que estén pendientes de él! "

29)

Me desperté en mi cama, busqué alrededor a la señora inspiración, le di un gran abrazo y unos besos. Corrí a mirar donde estaba mi mamá, allí estaba. La abraze como nunca antes.

—¡Te amo mamá! — exclamé.

Fui al cuarto de papá.

—¡Te adoro papá!, Gracias por todo.

—Pero si yo….

—¡Cállate! — me reí y lo abraze

Subí a donde mis abuelos.

—Mil gracias, perdonen mis últimas actitudes, sé que han estado mal.

Se quedaron desconcertados, pero me abrazaron.

Me fui a mi cuarto rápidamente y en internet busqué "El Gringo" y no salía nada que tuviese que ver con mi situación. ¿Le digo a Chloé? O ¿Busco ayuda profesional?.

Salí a la calle y unos 30 minutos después ya estaba golpeando la puerta de Chloe.

—¿Qué ha pasado Juan?, estás preocupado, ¿Qué tienes?.

—Un poco, debemos hablar.

Me dejó pasar a su habitación y le di mi cuadernillo en el que le dicte mis sueños y me ayudó a anotarlos. Pasaron un par de horas.

—Juan, esto debe tener una solución déjame los cuadernillos.

—¿Él de mi hermano también?

—Obviamente, tonto.

—Esta bien, toma.

—Gracias, estoy segura de descubriremos que es lo que quiere el Gringo.

Nos despedimos.

Pasaron varias semanas. Visitaba a Chloe que me aseguraba que le iba muy bien encajando hechos.

La quería invitar a comer, a ir a parques, al fin y al cabo desde hace mucho ha sido quien me ayuda y quien me hace ver el mundo diferente. Me gustaba mucho y ella lo sabía.

Pasaron unos meses, ya casi para acabar el año, faltaban apenas un par de días para la navidad.

Ese día, la invité a comer.

—Juan —me paso los cuadernos —Todo tiene sentido.

—Dime.

—En el sueño de tu hermano con tu abuelo, él se comprometió a cambiar el mundo. Tuvo pesadillas, así como tú y terminó suicidándose. Luego ese abuelo te busco a ti y te quiso dar a entender algo similar; por lo que podrías ser la continuidad de la promesa.

—¿Estás diciendo que quieren que yo cambie el mundo?.

—Si, exactamente.

—Y ¿cómo lo haré?

—No sé, pero si te das cuenta puedes organizar las pesadillas y tendrán más sentido. Así:

" Primero: la casa y la familia

  Segundo: el bus y la escuela

  Tercero: fábricas y coches

  Cuarto: mundo de basuras"

Agregó Chloe:

—Si te das cuenta, progresivamente muestran un apocalipsis. Si lo juntas con la idea de que quieren que cambies el mundo. Puede que sean una analogía de lo que el mundo se va a volver y tú debes ayudarlo, no sé.

—Sí, mi forma de ver el mundo es la que se está transformando. Tiene sentido, ya no me siento tan cómodo como antes.

—Si te fijas hay mucha contaminación, los daños a la naturaleza, mucha gente en tus sueños no reaccionaba a nada; aquí en la vida real, la indiferencia es algo de casi todos. Básate en comparaciones.

—Muy cierto— respondí asombrado— Pero, ¿qué quieren que yo haga?, no entiendo.

—En la pesadilla que tuve estando en el colegio, ¿qué?. En la pesadilla de mi familia ¿qué?

—No sabría decirte, pero si indagas más encontrarás en ti la respuesta. Ya entiendo que no estás loco, algo muy increíble está sucediendo.

—Muchas gracias Chloe, te debo tanto. Voy a pensar y descifraré el porqué de todo esto.

Me puse de pie y la abracé. Acabamos de comer y la lleve a su casa, la mamá me saludó y en un tiempo que me quedé con ella me comentó que Chloe dedicaba mucho tiempo a un "proyecto" que iba a hacer conmigo y que a causa de él se dormía tarde. Ese "proyecto" era nada más y nada menos que ayudarme con los sueños, solo que me guardo el secreto, como se lo pedí. Algo muy conmovedor que por mi haga eso. Volvió Chloe y hablamos con su familia un rato, me despedí y partí hacia mi hogar.


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