Cuando Anna llegó a casa, tenía el cuerpo adolorido, la sensación de flotar, pero el corazón roto pensando en que era una despedida, durmió unas horas y al despertar se ducho y se arregló y fue directa al aeropuerto, su futuro la esperaba, tenía que trabajar duro para conseguir su sueño y poder vivir cómodamente de el.
Mientras en la casa Ryo la buscó por todas partes sin conseguir nada, se había ido, dejando en su piel y en su alma un rasto inborrable, cuando se dio cuenta de que no la encontraba decidió descansar un poco y a la mañana siguiente buscaría por cielo y tierra, nadie desaparecia de la nada.
Por la mañana, el servicio ya estaba recogiendo los desastres de la noche anterior, y ya los pocos invitados que quedaban se habían ido, todos sus amigos estaban contentos de haber disfrutado de la fiesta, y a los pocos que pregunto si habian visto a la chica del vestido blanco, ninguno la conocía, para ellos era una desconocida que se había colado en la fiesta, para él no podía ser así, sabía demasiado de la casa, y en el momento de intimidad hubiera jurado que sus ojos solo transmitían amor, ¿ amor? se estaba volviendo loco, como podía aquella chica amarlo si no se conocian, cuando vio que así tampoco podía sacar nada en claro, decidió buscar en las cámaras de seguridad de la casa, la vió entrar en la casa, la vio relacionarse con Lu, pero durante el resto de la noche no hablo con más nadie, solo observaba la fiesta, tampoco bebio nada, solo agua, y cuando paso el tiempo y el se fue a dormir la vio pensar delante de su puerta, y tocarla, al salir se dio cuenta que se escabulló de la casa muy rápidamente, y caminó por el jardín, hasta desaparecer de la propiedad y de la casa, demasiado misterioso, también se vio a el salir de la habitación, pero ya era muy tarde para encontrarla.
Si no fuera por todo lo que estaba viendo juraria que estaba viendo un fantasma, que lo habría soñado, pero no estaba tan borracho y recordaba absolutamente todo, ella era real y no sabía como había entrado en su vida para luego desaparecer así.
Al volver a la habitación, se dio cuenta que entre la cama y la mesa de noche había algo, un pequeño colgante, se había roto la cadena y allí estaba aquella figura, una mezcla entre lágrima y hada, no era común, y se notaba, era un diseño bastante especial, quizás ahi tenía la pista que necesitaba, pero aunque tenía algo por donde empezar tenía que ver como buscar la información para que no delatara lo que no hiciera huir a la chica del vestido blanco, sabía que si la encontraba y ella se sentia descubierta seguramente iba a esconderse rápidamente.
Otra cosa que lo intrigaba erá el motivo por el cual había sido tan misteriosa, porque no se había acercado a él a la fiesta y porque le resultaba tan conocida y desconocida a la vez.
Cuando pasados unos días y seguía sin saber nada de ella, ni siquiera el colgante le había dado la mas mínima pista de ella, estaba en un vacio absoluto de información y cada dia su mente recordaba todos los instantes que había disfrutado con ella, se estaba obsesionando con ella.
Esos días para Anna estuvieron llenos de cambios y aunque Ryo estaba en su corazón intento pensó poco en él, los días estaban llenos de actividad y al llegar a su piso, solo pensaba en él cuando caia rendida en la cama, en sus sueños siempre estaba su rostro.