—Sería genial que hablaras— dije a Mark.
—Sería genial que me dejaras salir de aquí— imitó—. Sabes que no diré nada, déjame ir.
—No. Conoces el rostro de mis compañeros y sabes que buscamos el Clan al que perteneces. No puedo dejarte ir— comenté obvia.
—Eso lo sé, así que te propongo algo— se recargó en el cristal.
—¿Qué cosa?— comenzaba a tener interés.
—Kim Jongkook a cambio de mi libertad— ofreció—. Llévenme donde él, lo convenceré de hablar; pero a cambio tendré que irme.
No sabía si creer en él. Me lo estoy pensando. No es un mal trato, pero no podré asegurar que no dirá nada si lo dejamos ir. Además, no puedo actuar por mi cuenta. Podrían suspenderme de la misión y estar inactiva durante un tiempo. Me levanté de mi asiento y salí de la habitación. Necesito hablar esto con Namjoon y Seokjin, dependiendo de lo que digan se hablará con el resto del equipo. Mientras Min Yoongi no se ponga en su actitud de macho alfa sobre mí, estoy dispuesta a convencerlos de hacer esto teniendo en cuenta los riesgos.
Toqué en la habitación donde se está quedando Jin. Solo bastaron tres toques en la puerta para que abriera.
—¿Qué pasó?— preguntó bostezando, al perecer lo desperté de una siesta.
—Tengo que hablar contigo y con Namjoon— respondí.
—¿No puede esperar?— volvió a bostezar—. Estaba descansando.
—Mark tiene una propuesta— insistí—. No puedo aceptarla ni negarla a menos que lo hable con ustedes dos.
—¿Qué pasó con tu rebeldía?— preguntó mientras cerraba la puerta detrás de él y me acompañaba a la habitación de Namjoon.
—Le bajaré un poco— confesé—. Admito que me equivoqué y que mi terquedad puede ser una desventaja. Necesito acoplarme a las situaciones, me guste o no.
Jin tocó la puerta de la habitación de Namjoon. La puerta se abrió bruscamente. Un Yoongi enojado salió de la habitación. Pude sentir toda la tensión acumulada en él. Me hice un poco hacia atrás para que me pasara de largo y se fuera. Me miró un par de segundos hasta que sintió a Namjoon venir hacia nosotros y se fue.
—¿Venían a algo?— preguntó Nam recargándose en el marco de su puerta.
—Dice que Mark tiene un trato— respondió Jin apuntándome.
—No está a negociación— Namjoon entró a su habitación. Jin y yo lo seguimos.
—Dice que es él a cambio de Kim Jongkook— dije—. Aún no sé la posición de Mark en todo esto, no sé si tiene un rango mayor o menor al de Kim Jongkook. Algo me huele mal Nam. Hace años, cuando él me dejó, encontré un archivo con su perfil en el despacho de papá.
Namjoon se giró a verme. Estaba confundido. Tal vez se pregunta lo mismo que yo. Debemos llegar al fondo de esto.
—Se supone que el caso es nuevo, pero lleva persiguiendo a Mark años— persuadí—. Debe haber algo que él nos pueda ofrecer. En este caso es la cabeza de un rango alto, debemos tomar la oportunidad.
—No podemos dejarlo irse, Parker— habló—. Si llevan persiguiéndolo tantos años y nuestro padre tiene archivos sobre él, no podemos liberarlo.
—¿Por qué no decirle que lo liberaremos, pero en verdad no lo haremos?— propuso Jin.
—Mark no es idiota, se dará cuenta— pensé en algo. Cerré los ojos diciéndome que es una mala idea, pero es lo mejor que hay—. Hay que dejárselo a Yoongi.
—No— habló Jin rápidamente—. Yoongi es capaz de matarlo antes de que hable. Puede ser el último recurso.
—Pero lo he visto interrogar— dije—. Es persuasivo, y sí, recurre a la violencia, pero funciona. Mark no dirá nada, ni siquiera a mí. Min Yoongi puede sacarle información.
Namjoon lo estaba pensando. Me sorprendí. Sé que Yoongi es peligroso, pero es en quien podemos confiar para que le saque información a Mark. Además, debe convencerlo también de que Kim Jongkook hable. Yoongi puede matar dos pájaros de un tiro. Debería ser la última opción, pero tenemos a dos hombres en celdas que no dirán nada. El último recurso debe convertirse en el primero.
—Ve por Yoongi— me pidió—. Ahora está un poco enojado. Logra que se calme un poco, tal vez así no terminé matando a tu amigo.
—De acuerdo.
🍬🍷🍬
Estoy frente a la puerta de la habitación donde se queda Yoongi. Levanté la mano para tocar, pero no lo hice. Algo me dice que si entro, nada saldrá bien. Sé el efecto que tiene en mí, es confuso. No tengo ni la menor idea de qué es lo que tengo con él. Juega conmigo, me dice que no me meta en su vida, pero también es posesivo sobre mí y le gusta ponerme los pelos de punta. Y, en el fondo, no es como si me desagradara.
Toqué la puerta. No hubo respuesta. Volví a tocar. De nuevo, sin respuesta. Giré la perilla, pero no abrí la puerta. Esto ya es invadir su privacidad. Aunque él ya se metió a mi habitación sin permiso. Invadió mi privacidad. Bien, hay que ser justos. Entré. Estaba oscuro, solo había una lámpara de mesa prendida. Yoongi estaba recostado en su cama, dormido. Debe tener el sueño pesado si no me escuchó tocar la puerta. Cerré esta delicadamente detrás de mí para no despertarlo.
Se sentía frío aquí dentro. Ah, tiene prendido el aire condicionado. Lo miré. Tiene una posición muy peculiar para dormir. Me senté en una silla cerca de la cama. No puedo apartar mis ojos de él, algo me lo impide.
Las habitaciones aquí no están muy equipadas. Después de todo son bases de emergencia para evitar ser rastreados, deben irse por lo esencial y lo básico.
Mi teléfono comenzó a vibrar. Lo tomé. "Jung Daehyun". Rodé los ojos y respondí la llamada.
—Te fuiste hace poco, ¿ya me extrañas?— pregunté burlona.
—¿Cómo lo has adivinado? No he podido dejar de pensar en ti— dijo con un claro tono sarcástico—. ¿Estás sola?
Miré a Yoongi—. Podría decirse.
—Min Yoongi fue ingresado por tu padre cuando tenía doce— dijo—. Al parecer lo encontró en un callejón después de un robo. Su pandilla lo dejó golpeado, lo culparon y se largaron.
—¿De dónde sacaste eso?— pregunté rápidamente.
—La computadora de tu padre fue difícil de hackear— rió—. Sin embargo, algo no tiene sentido. Tu padre no estaba en Corea por esas fechas y Yoongi no es foráneo. Eso es algo seguro. No hay registros más que su nombre y año de nacimiento. No hay fecha, lugar, antecedentes, progreso de entrenamiento. Min Yoongi es un maldito fantasma y todos en esta organización se lo pasan por el culo. Además, no es posible que tu padre le haya tenido lástima y por eso hay decidido meterlo a la organización.
—Él es demasiado tradicional para hacer eso— completé—. No rompería las reglas por nadie. ¿No hay algo sobre sus posibles padres?
—Nada, Parker, nada— insistió—. Busqué a todos los Min involucrados con la organización. A aquellos que ya no están como quiera los mantienen registrados bimestralmente. Ningún Min tiene un hijo de nombre Yoongi. Entra a la organización y se convierte en uno de los mejores aprendices que se ha visto. Yo llevo aquí desde que tenía seis años, él progresó más rápido que yo. Fue directamente hacia las armas, nunca quizo intentar el combate a cuerpo. Es como si ya estuviera programado para ello. Deberías alejarte...Min Yoongi es peligroso.
Un fantasma. Un completo extraño. Sin embargo, lo quiero conocer. Ansío saber qué es tan peligroso sobre él. Quién fue aquella chica que lo cambió. El por qué me trata en la manera que lo hace. Quiero saber quién es Min Yoongi. Me atrapó y no me dejará ir. Busco escapar y no puedo.
—No es más peligroso que yo— colgué la llamada.
Me apoyé en mis muslos. El teléfono entre mis manos y mi mirada en Yoongi. ¿Por qué siempre me atraen los idiotas de pasado dudoso? Mark no es diferente. No supe mucho de él hasta unos meses después de que comenzamos a salir. Ahora Yoongi. No me importa cuánto tiempo deba esperar, sabré sobre él. Se movió un poco dejando su cara descubierta. No puedo creer que Yoongi pueda verse tierno. Detrás de sus ojos de taladro, su ceño fruncido y su personalidad pesada, puede verse tierno mientras duerme.
—Min Yoongi, ¿quién mierda eres?— pregunté en un susurro. Casi inaudible.
Por inercia me comencé a acercar hacia él. Una de mis manos se puso a un lado de él. Con mi mano libre pasé un mechón de cabello detrás de mi oreja. Su piel parecía de porcelana, sus labios eran pequeños y rosas, sus pestañas eran negras y largas. Es un hombre hermoso. Un hombre que puede hacer que una corriente eléctrica pase por mi cuerpo.
Mi cara estaba cerca de la suya. Quería hacerlo, en verdad quería. Pero no puedo. Comencé a recuperar la postura para irme. Le diría a Namjoon que Yoongi dormía.
En un movimiento rápido sentí su mano en mi nuca. Mis ojos se abrieron en sorpresa. Yoongi tenía los ojos medio abiertos. Él me veía. Con su otra mano acarició mi mejilla.
—No tienes ni una idea de lo mucho que te odio por despertar estos sentimientos en mí— dijo con voz ronca.
Entonces me jaló hacia él.
Unió nuestros labios en un beso profundo.