-¡Pablo! -consigo gritar tras quitarme el pañuelo de la boca.
-¡Eso te pasa por creerte un héroe! Que te crees ¿Qué tu solo ibas a derrotarnos a nosostros? -dice uno de los cinco terroristas.
Debido a que Pablo ha intentado salvarme, le han disparado en el muslo.
Está tirado en el suelo y la pierna no le para de sangrar.
No me puedo creer que me esté pasando esto a mí. Y tampoco me puedo creer que Pablo haya arriesgado su vida por mí.
-¡Soltadme! ¡Pero que coño os pasa! ¡Pablo! ¡Estais enfermos!-vuelvo a gritar intentando liberarme de los brazos de esos villanos.
-¡No vas a ir a ninguna parte!¡Tú te vienes con nosotros!-me dice uno de ellos gritando.
-¡Llamad a una ambulancia! ¡Acabais de disparar a una persona insensibles! -suelto llorando.
Nada más decir eso me vuelven a colocar el pañuelo alrededor de la boca.
-Ya verás a qué sitio más bonito te vamos a llevar, te lo vas pasar muy bien con nosotros muchachita. -me dice en el oído el terrorista de pelo rubio.
Entre dos hombres me cogen de los brazos y me arrastran obligándome a bajar las escaleras corriendo.
*¿Donde me llevan?¿Ahora qué hago?*-pienso.
No puedo parar de pensar como tiene que estar Pablo. Si esta bien, si ha sobrevivido o en el peor de los casos si ha muerto. ¿No puede morir verdad? Le han disparado en el muslo. Quiero convencerme de que estoy exagerando la situación pero esque en este momento no puedo pensar con algo de razón.En las películas la víctima no muere por un balazo en el muslo ¿no?
*Olivia esto no es una película*-me digo a mí misma.
-¡Por ahí! -dice uno de los hombres señalando la puerta trasera del edificio.
Nada más salir hay un policía en la puerta pero uno de los terroristas le pega un tiro dejándolo sin aliento en el suelo.
*¡Madre mía! *-pienso.
Nunca había visto a nadie disparar a otra persona hasta el punto de matarla delante mía. A ver, obviamente en las películassíi pero soy consciente de que son actores y en realidad nadie sufre ningún daño pero verlo delante de tus propios ojos sin ningún tipo de cámara o efecto especial es mucho más duro de lo que pensaba.
Tengo mucho miedo. No sé que hacer. Si me defiendo me pueden matar y si no lo hago me llevarán a saber qué lugar y más tarde o temprano lo acabarán haciendo.
Veo que en la parte trasera del edificio hay una furgoneta blanca con una matrícula bastante peculiar. Nunca había visto una matrícula igual.
Esta matrícula incluye una serie de números como cualquier otra pero entre los números hay una especie de signos o símbolos que no me resultan nada familiar.
Al abrir la puerta de la furgoneta me grita el joven rubio:
-¡Entra! ¡Ya!
Tengo tanto pánico que sin decir nada entro lo más rápido que puedo en la furgoneta. Continuadamente se meten todos los hombres mientras que dos de ellos se ponen en la parte delantera del coche para conducir.
-Tápale los ojos con el trapo que está en la caja. -le dice el chico rubio a uno de sus cómplices.
-¿Taparme los ojos para qué? -pregunto muy asustada.
-¿¡Cuántas veces tengo que decirte que te calles niñata!? A este paso vas a durar pocos días con vida. -me dice con un tono vacilón.
Cada momento que pasa estoy mucho más nerviosa. Y el hecho de que me hayan tapado los ojos lo incrementa.
Intento visualizar por dónde estamos yendo pero a la tercera vez que gira la furgoneta ya no consigo intuir por qué calle o zona estamos circulando.
El conductor está corriendo mucho. Los demás hombres que están en la parte trasera de la furgoneta conmigo están riéndose y hablando en árabe.
Parece mentira que no escuchemos ninguna sirena de policía. ¿Esque acaso no se han dado cuenta de la huída de los terroristas? ¿No van a hacer nada para detenerlos? ¿O al menos para salvar mi vida? Alomejor están organizando y pidiendo testimonio a los qué estábamos en el instituto. Pero también espero que le hayan dicho a las autoridades que me han llevado con ellos y abran una investigación para poder encontrarme.
Ya he perdido la cuenta de cuantas veces he rezado un Padre Nuestro y un Ave María hoy. No paro de pensar en como voy a salir de aquí. Normalmente cuando hay rehenes de por medio los atacantes aprovechan para pedir un rescate y así salir beneficiosos.
Pero si éste es el caso no sé hasta que punto mis familiares van a pagar el rescate. Mis padres no es que cobren mucho y entre los gastos del instituto, del fútbol de mi hermano, del atletismo mío, la luz, el gas y mil cosas más ,no tenemos dinero ni para irnos de viaje juntos en vacaciones. Pensándolo bien mi hermana podría pagarlo.Bueno,su novio multimillonario puede pagarlo. Pero no es que nos llevemos muy bien, si fuese por él, pagaba para que me matasen. Es la persona más egocéntrica y egoísta que he conocido nunca. No se como mi hermana se pudo "enamorar" de él.
Ahora lo único que puedo hacer es no perder la esperanza. Espero que la suerte esté de mi parte esta vez y pueda salir de ésta.