La pareja que acaba de aterrizar del helicóptero caminó lado a lado, cogiéndose de las manos mientras Sei llevaba a Davi dentro de la casa. Davi se sentía un poco cansada y adolorida por las actividades del día y también le preocupaba que Sei no descansara lo suficiente. Así que cuando Davi se dio cuenta de que se dirigían al estudio de Sei, ella habló.
—Sei... ya son casi las cuatro, ¿no crees que todavía necesitas descansar primero? Te acabas de recuperar de ayer. Podemos hablar cuando nos despertemos, —dijo ella y Sei se detuvo. Se enfrentó a ella y levantó su mano para tocar su suave mejilla y luego la acarició.
—Estoy completamente bien ahora porque tú estás conmigo y no creo que pueda dormirme, a menos que este asunto se haya resuelto. Necesito ganar tu perdón antes de que pueda descansar tranquilo. —Contestó mientras sus ojos brillaban con intensa emoción, haciendo que Davi se rindiese en un abrir y cerrar de ojos.