Esta era la primera vez que Zhou Lu experimentaba este tipo de regaño desde que se enlistó en la ejercito. En ese instante, su expresión cambió un poco. Quiso replicar, pero no se atrevió. Por lo tanto, solo pudo inclinar su cabeza, pero la indignación e injusticia siguieron creciendo en su corazón.
Al final, susurró―: ¿No se supone que los cultivadores de mi generación deberían hacer cosas de forma directa y justa, para así seguir el Gran Dao?