Una joven esbelta apareció frente a Sheyan. Estaba tan vivaz como un cervatillo. La parte superior de su cuerpo estaba casi completamente descubierta a excepción del atuendo tejido con hierba que cubría su pecho. Cuando uno se acercaba a ella, casi podía oler el refrescante aliento de juventud que exudaba. Sus ojos curvos la hacían parecer como si estuviera sonriendo inocentemente todo el tiempo.
El corazón de Sheyan se estremeció cuando la vio. Sí, al ver a la sonriente Melody, que estaba tan vivaz como un cervatillo mientras se acercaba a él con un salto en sus pasos, recordó un dicho:
....Si tan solo el tiempo pudiera detenerse en el momento en que nos conocimos.