Sabiendo que la decisión de Sheyan evidentemente surgió de una cuidadosa deliberación, el viejo Aram ya no se anduvo con rodeos. Llamó directamente a los miembros de su tribu y escoltó a Sheyan hacia una gran cabaña de madera, situada en la periferia de la aldea.
El viento se infiltró por los cuatro lados de esa cabaña, mientras que en el centro había un tronco de árbol. El tronco estaba manchado de sangre negra púrpura, mientras que numerosos grupos de huesos rotos de color ocre, carne podrida, escamas de pescado, tripas de pescado fueron arrojados por todas partes. Un fuerte olor penetraba en el aire. Lo más probable es que éste fuera el matadero del Puerto Qom.
Después de eso, el viejo Aram fue a buscar un tazón de bebida de hierbas negras, incitando a Sheyan a beberlo. La bebida era tan amarga, que Sheyan hizo una mueca con los dientes expuestos. Sin embargo, al mismo tiempo, recibió una notificación.