—Tú... tú... —Por primera vez Jessica no pudo encontrar las palabras que decir. Hoy había experimentado un miedo y un shock tremendos, después de ver la comida humeante, no pudo evitar tragar su saliva. Se sentó frente a Sheyan.
—¿Qué es tan bueno para comer por aquí? Mientras estés de acuerdo con algo, entonces esta señorita pasará por alto tu comportamiento bárbaro. ¡Incluso te llevaré a la tienda internacional de langostas!
—Me niego —dijo Sheyan con tristeza.
—Tú… Jessica se puso nerviosa de nuevo. Esta fue la primera vez que se encontró con una persona tan poco razonable —¿Todavía no me has oído, pero te niegas?
Sheyan rebatió.
—¿Cuánto tiempo hemos interactuado? ¿Qué ves en mí? ¿No es solo una carrera callejera para ti?
—Tú... Te daré dinero, ¿de acuerdo? Indica tu precio —Jessica peleó sin poder.
Sheyan se rio fríamente.
—¿Parezco alguien que carece de dinero?