¡"Cri-crí…"!
Al instante, todos esos enormes seres de la Raza del Insecto emitieron un siniestro y espeluznante sonido.
Los discípulos de la Secta Espíritu Celestial miraron a esas terroríficas criaturas a su alrededor y empezaron a temblar. Estaban muertos de miedo en ese momento.
Aquellos que habían ascendido de los Mundos Inferiores tenían una salud mental mucho más firme que los demás. No obstante, cuando divisaron la situación ante ellos, ni siquiera ellos pudieron evitar ponerse nerviosos.
La terrorífica Raza del Insecto contemplaba a la Raza del Espíritu como si estuvieran mirando a una presa. La pegajosa saliva empeño a babear por la comisura de sus bocas.
Ling Tianzi se enderezó al instante y protegió a sus discípulos detrás de él.
—¡Raza del Insecto... Raza del Insecto!
Agachó la cabeza antes de reírse de forma miserable.