La noche transcurrió sin problemas, y el mundo estaba tan en paz como antes.
Song Shuhang se levantó por la mañana temprano y exhaló una bocanada de aire viciado.
El Sénior White no lo buscó para castigarlo con un Puenting extremo... ¿quizás decidió cambiar su peinado por capricho el día anterior y no sabía nada sobre ese asunto?
En el fondo de su corazón, Song Shuhang esperaba que fuera verdad.
Aquella era la mentalidad de un avestruz: cuando el avestruz era arrinconado, ocultaba su cabeza bajo la arena. Estaba convencido de que si no podía ver al enemigo, el enemigo tampoco podría verlo. Era la mentalidad de alguien que se negaba a aceptar la realidad.
De vez en cuando, los humanos también se comportarían así. Intentarían buscar excusas y posibilidades inexistentes para consolarse y conseguir esa sensación adicional de seguridad.