La grandeza de la puesta de sol en el horizonte fue impresionante.
No obstante, en el campamento de la esfinge, Lucien sintió el sudor frío en la espalda.
Antes de que Lucien descubriera la respuesta, la esfinge lo regañó.
—Escorpión asqueroso, ¿tienes la cabeza entre las piernas? ¡Usa tu cerebro! ¡Ve y date un baño en el Agua Solar! ¿Quieres convertirte en una de esas criaturas no muertas?
El ambiente del desierto era muy duro, por lo que los nobles en el Imperio de Gusta eran reacios a expandirse hacia el sur. Por lo tanto, la mayoría de las palabrotas de las esfinges se referían a los escorpiones ya que eran su mayor enemigo.
¿Agua Solar? Las palabras de la esfinge le recordaron a Lucien que esa esfinge a la que estaba interpretando, cuyo nombre era Fil, siempre pasaba un rato en la casa de piedra en la que la luz del sol del mediodía brillaba de lleno, y después iba a proteger la tumba con las otras esfinges.