El tiempo en la segunda mitad del Mes de la Pasión (junio) ya era muy caluroso. Gotas de sudor seguían rodando por las caras de Joanna y Betty mientras protegían cada lado del carruaje. Sin mencionar a Simon, cuya camisa dentro de la armadura estaba completamente mojada.
No obstante, nadie se quejó ni una vez. Simon, caminando delante del carruaje, ya había ahuyentado a varias bestias que bajaban corriendo de las montañas. Obviamente, esto era su responsabilidad como escolta, pero el hecho de que golpeara a las crueles bestias sin asustar a los caballos impresionó a Lucien.
En contraste, Chris, que se jactaba de ser un "hombre de verdad" todo el tiempo, ahora estaba arrastrando los pies en el suelo con su cuerpo encorvado por el calor.