En todos estos años, no hubo un solo momento en el que Lu Zhaoyang olvidara el rostro angelical de su hija. El rostro color de flor y la voz de sus risitas quedaron grabados en su mente. Ella cruzó las manos con la cabeza gacha, "¡Ran Ran es la única hija que tendré! Nadie puede reemplazarla, incluso si nunca podremos recuperarla en toda esta vida".
"No te preocupes. No terminará así", dijo Huo Yunting dándole palmaditas en el hombro a su esposa. "No importa cuánto tiempo, la recuperaremos. Incluso si no lo logramos, nuestro hijo continuará buscándonos".
Lu Zhaoyang pareció un poco más aliviada cuando su hombre mencionó sobre Huo Xu. Era realmente capaz y decidido. Él amaba a Huo Ran tanto como ella también.