Las palabras de Huo Chen la tranquilizaron, pero Wen todavía no podía creerlo. Parecía que despertaría de este memorable sueño en el momento en que aceptara el anillo. Su mundo se volvió borroso mientras miraba a Huo Chen, sus emociones inundaron sus ojos. El hombre susurró: "Sí, esto siempre te pertenece. Siempre".
Wen He extendió decisivamente su brazo.
El tiene razón. No debería dudar más. Había esperado tanto tiempo.
Fue un "sí" silencioso pero que provocó un alboroto entre la multitud que aplaudió enérgicamente.
"¡Felicitaciones!"
"¡Felicidades!"
"¡Guau!"
La mano de Wen He dejó de moverse en un punto. No estaba segura si era por ansiedad o emoción. Se sentía como un rito de iniciación, otro capítulo completado en su vida pero al mismo tiempo se sentía como un ritual.
La mirada cautelosa trajo una sonrisa a la cara de Huo Chen mientras sostenía su brazo con la intención de ponerle el anillo.
*RIIIIINGGGGGG*