Lu Zhaoyang se sacudió y se giró en la cama, sintiéndose incómoda. Inconscientemente se rascó los brazos.
Mientras tanto, Huo Yunting, que estaba medio dormido en otra habitación, se sintió muy presuntuoso cuando pensó en Lu Zhaoyang, que estaba durmiendo al lado.
La echaba de menos, al parecer, pero no quería admitirlo.
Huo Yunting cerró los ojos y se obligó a quedarse dormido. En su estupor, sintió que alguien se acercaba y se acostaba a su lado.
Podía oler el aliento familiar, una pequeña mano suave descansaba sobre su cintura y la cabeza acurrucada en sus brazos.
— Huo Yunting... —La voz era suave y un poco ahogada.
—Ahora, eres tú quien se arroja sobre mí.
Huo Yunting se dio la vuelta y se arrojó sobre ella. Su mano se deslizó en su camisón para acariciar el cuerpo que tanto había echado de menos.
—Hmm... Hmm...
Lu Zhaoyang se mordió el labio. Sintió que su cabeza se estaba volviendo pesada.