Ambos se sentaron en silencio en un largo banco al lado del lago. Había mucho que se querían contar, pero ninguno dijo nada, mientras disfrutaban de la familiar vista del lago, tal como lo habían hechoalgunos años atrás.
—Voy a volver a la oficina militar, Yang Yang.
Dijo Huo Chen luego de un rato.
Él estaba reacio a irse, pero tenía que hacerlo. Para poder sacarla de este lugar en secreto, había mucho papeleo que tenía que hacer en la milicia.
—Bueno, ve a hacer tus cosas.—Ella se apartó y se quitó la chaqueta que estaba sobre sus hombros.
La briza fría la hizo estremecerse.
Huo Chen lo notó y le ofreció su chaqueta nuevamente.
Lu Zhaoyang dio un paso atrás y sacudió su cabeza lentamente. —Voy a llamar un taxi. No tendré frio.
Si ella volvía a casa con su chaqueta, Huo Yunting definitivamente lanzaría palabras rencorosas hacia ella, a lo mejor incluso se las ingeniaba para lastimarla de otra manera.