—¿Estás bromeando?
La verdad le resultó a Huo Chen algo difícil de tragar. Sonaba más como una pesadilla.
Sin embargo, cuando Huo Yunting volvió a hablar, él soltó una gran bomba.
—No estoy bromeando, Huo Chen. Nosotros ya estamos casados.—Huo Yunting inclinó su cabeza hacia Lu Zhaoyang y dijo de manera casual—: Pregúntale si no me crees.
«!!!».
El corazón de Huo Chen se hundió.
Él se volvió hacia Lu Zhaoyang, esperando contra toda esperanza que ella lo contradijera.
Sin embargo, él la vio asintiendo con la cabeza muy suavemente…
Huo Chen estaba conmocionado más allá de las palabras. No podía mover sus pies, y sus manos se cerraron en forma de puños.
«Ellos están casados…Si él y Yang Yangestán casados, ¡¿entonces eso no lo convierte en su sobrino?!».
Lu Zhaoyang intento explicarse, pero no tenía ninguna excusa verdadera.
Ellos estaban casados. Esa era la verdad.