Lu Jingtian sonrió ligeramente ante la vaga respuesta y no siguió ahondando en el tema. Ella simplemente continuó diciendo: ―Estaba planeando disfrutar esta noche con el Maestro Mu, pero ahora todo es un desastre. Estoy… ¡tan infeliz!
Haciendo una pausa, disminuyó la marcha y se lo dejó claro a la asistente.
―Puesto que esa mujer la trajiste tú, entonces… ¡no deseo que se repita! Hermana Li debiese saber qué hacer, ¿verdad?
Li Lan asintió lentamente.Apenas podía mantener en su cara la sonrisa mientras su corazón se hundía.
Esas palabras eran realmente poderosas.
***
El viento de la tarde estaba helado al caer la noche.
Mientras el vehículo corría por la carretera, la cara de Yun Shishi aún lucía cenicienta, mientras que el rostro del hombre era una máscara sombría.
Ella casi había sido arrastrada todo el camino por él.
Fue sujetada con fuerza en su firme y fuerte abrazo como si fueran uno solo.