No estaba claro cuántos rollos de películas se estaban usando para capturar su belleza.
Incluso Li Hanlin, quien estaba observando la escena desde el segundo piso, quedó atónito.
Yun Tianyou se puso de pie con firmeza y le preguntó con severidad: ―Señor Li, ¿ha olvidado lo que le he encomendado hacer?
―¡No!
Li Hanlin reaccionó de inmediato, pero tal vez estaba tan alterado, que se tropezó y casi aplastó la costosa SLR[1] en el suelo. Estaba tan conmocionado que empezó a sudar frío.
―Mantén la calma.
Youyou lo miró con exasperación, como si se estuviese burlando de él por su inexperiencia en la vida.
―Jefe, oh Dios, Madame Yun es tan hermosa, ¡tan hermosa que el tiempo casi se detuvo!
Quedó aturdido hasta la médula por su belleza y levantó apresuradamente la cámara. No se olvidó de exclamar: ―¡El Creador es un ser tan místico! ¡Tan hermosa! Tan Hermosa…