Pensando en esto, el tercer Anciano apretó los dientes y le susurró a Jers—: Muy bien, seguiremos tu plan para este asunto, irás y te contactarás.
Jers estaba exultante. Se dio unas palmaditas en el pecho y garantizó que le iría bien, antes de salir apresuradamente de la casa del árbol.
—Maldito forastero, ¡tu destino ha sido decidido!
Jers saltaba alegremente. Si no fuera por el hecho de que este asunto no podía hacerse público, definitivamente lo habría anunciado en voz alta.
Por otro lado, Lin Yun y los demás se habían estado adentrando cada vez más en el bosque, conociendo a más y más Almas en el camino. Sin embargo, no eran particularmente poderosas por lo que fueron eliminadas ni bien aparecieron, sin darles la oportunidad de alimentar a Barton y Lagulin.