En verdad se sentía traicionado.
Era evidente que los ataques del joven mago habían enfurecido al Señor Supremo de Lava Menor, pero ahora era él quien tenía que enfrentarse a su furia.
Suval pudo sentir la ira que trasmitía el rugido del Señor Supremo de Lava Menor, pero el culpable ya había escapado del campo de batalla.
Sin duda, el Señor Supremo de Lava Menor no lo dejaría ir...
Estaba claro que Suval era el único objetivo que este podía usar para descargarse. Un aura demoníaca sin límites se abalanzó sobre Suval como una marea y la lava salpicó, elevándose hacia el cielo como las llamas del purgatorio. Hasta Suval estaba atrapado en una situación incómoda como consecuencia de eso. Después de esquivar los ataques repetidas veces, su aura se encontraba extremadamente débil.