—¿Ah, no? Dime tus razones.
—Como dijiste antes, tenemos una ventaja absoluta en lo que respecta a la habilidad. Mientras tengamos la oportunidad, no será difícil para ti y para los tíos deshacerte de Cheyenne. Has alcanzado el nivel 21 hace unas pocas décadas, mientras Felic acaba de llegar a la esfera. No tiene derecho a interferir en tu batalla —explicó Stephen. —Además, creo que es posible que hayas olvidado lo que obtuve del Señor de las Almas en el Abismo de Tharlen... —añadió Stephen suavemente, con la determinación de convencer a Borg.
—Quieres decir... —respondió Borg inquieto. Un brillo apareció en todas sus arrugas.