Desde el cielo empezaron a caer gotitas de agua, el suelo que la absorbía y se sumaba a la ya húmeda y fangosa tierra. Pronto y lentamente comenzó a llover, gruñidos estruendosos que hacían eco en todo Bonelake, la gente que vivía en las tierras ya estaba acostumbrada.
Vivian sintió que los dedos de Leonard jugaban con los botones que estaban en la parte superior de su vestido, girándolos mientras él la miraba fijamente a los ojos esperando su permiso. Ella no podía creer lo feliz que estaba de escuchar de Leonard que éste planeaba hacerla su esposa algún día. Su esposa, pensó Vivian para sí misma. Para alguien que no sabía su apellido, ella estaba feliz, sabiendo que adquiriría su apellido después de casarse.
Vivian Carmichael.
Ella sonrió, sin darse cuenta de que todo el tiempo Leonard tenía sus ojos fijos en ella. Esperándola pacientemente.
—Vivi —llamó dulcemente Leo para despertarla de sus sueños.