Mientras Shi Yao dominaba suavemente su apertura de piernas y se levantaba del suelo, He Tiantian, intrigada por sus acciones, se inclinó hasta su oreja y le preguntó: —Yaoyao, ¿qué estás haciendo?
—Estoy causando problemas... —Shi Yao contestó sinceramente con estas tres palabras antes de mirar a Qin Yiran.
Su expresión era incomparablemente fea. Dejando a un lado su velocidad, incluso su pecho se hinchaba hacia arriba y abajo de forma inestable por la ira.
Shi Yao sabía que había logrado alterar a Qin Yiran. Si ésta última no podía controlar bien sus emociones en éste momento, podría sufrir una torcedura lateral muy pronto.
Pero entonces, si Qin Yiran pudiera controlar sus emociones, no habría tomado tantos nombres de usuario diferentes para atacar a las estudiantes que estaban compitiendo por el puesto de la Bella del Campus en su contra.