El canto de los insectos y el bramido de los búhos reverberaron por el camino de regreso al pequeño pueblo. Azik miró hacia adelante y dijo después de unos segundos de silencio: —Aunque no estoy del todo seguro de lo que me pasó, tengo una idea aproximada.
—Tal vez, tal vez soy alguien que ha vivido por mucho, mucho tiempo.
«Sr. Azik, debe considerar seriamente si aún cumple con la definición de 'alguien'...» P
ensó para sí mismo, pero no se atrevió a decirlo en voz alta.
—Esta región, este silencio, a menudo lo ponen a uno débil... Debí haber pagado algún tipo de precio a cambio de esta larga vida. He vivido desde el final de la Cuarta Época, como un espíritu errante en todo el continente... —la voz de Azik se tornó más profunda, como si intentara reprimir sus emociones—. No recuerdo el pasado. Me he olvidado de las personas y las cosas que he jurado recordar...