La docena de hombres de la tribu vieron al joven y sintieron un terror inmenso, era como si el mundo entero se estuviera agitando. ¿Matar a Ala de Serpiente? ¿Ese chico pretendía matar a Ala de Serpiente?
—¿No me mintieron? ¿realmente murió? —dijo Ning y los miró fijamente.
—¿Por qué habríamos de mentir? Toda la tribu sabe eso.
El grupo de expertos estaba realmente aterrado. Ya fuera por el aura tan joven o por la insignis "Ji" que llevaba, realmente le tenían miedo.
—Vámonos.
Ning se montó en la bestia negra y enfiló directo hacia la Tribu Dientenegro. Hoja de Otoño y Mowu montaron también y lo siguieron.
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Había más de diez guerreros tribales montando guardia en las dos torres de arqueros a cada lado de la verja.
—¡Forasteros, deténganse! — gritó enojado uno de los guardias.
Cabizbajo, Ning sacó su insignia y gritó:
—¡Dile a Dientenegro que venga a verme!