—¡Este lugar podría colapsar en cualquier momento! —dijo Ye Feimu, con voz débil—. ¡Una vez que lo haga, seremos teletransportados!
Hablaba, por supuesto, con los discípulos de la Secta del Destino Violeta, no con los Cultivadores del Desierto Occidental.
Su rostro estaba pálido, y en la palidez se podían ver líneas negras palpitantes. No era veneno, sino más bien una especie de insecto parásito, el resultado de alguna extraña técnica mágica del Desierto Occidental. Después de estar infectado, el resultado sería una lesión o pérdida crítica de la base de Cultivo, o la muerte. Si no fuera por esto, Ye Feimu no estaría en el estado actual que estaba, considerando el nivel de su base de Cultivo.