—¿Dónde está ese chico?
Tres hombres de mediana edad habían seguido al joven de ropas violetas hasta un callejón apartado, y justo cuando pensaban que iban a alcanzar su objetivo, se dieron cuenta de que el muchacho se había desvanecido en la bifurcación del camino que tenían ante sí.
—¡Sepárense y busquen! —ordenó un hombre de atuendo verde en voz baja, mientras sus ojos resplandecían con un brillo lleno de codicia. Justo cuando los hombres estaban a punto de separarse para buscar…
—Ya no tienen que buscar más —resonó una voz arrastrada ante ellos, haciendo que se estremecieran tanto como si les hubieran despertado abruptamente de un sueño. Posteriormente, lo que vieron fue al chico vestido de violeta que salía del callejón. ¿No era este joven exactamente el objetivo que buscaban?