Li Qing hablaba a un volumen bastante alto.
De inmediato, los jóvenes prodigios de los clanes pequeños lo miraron con rencor.
—¿Qué? ¿No les gusta lo que dije? ¡Si no les gusta, apenas comience la reunión, los invito a que me desafíen!
Li Qing hizo la vista gorda a todas sus miradas iracundas.
Al ver esto, Duan Ling Tian no pudo evitar sentirse desconcertado.
Este Li Qing de veras se creía sin parangón sobre el firmamento.
Li An lo miraba desde lejos con desdén.
—¡Burdo! —murmuró Li An por lo bajo, en un tono que solo él podía oír.
—Ya que todos quieren saber, les diré...
Al terminar de decir esas palabras Xiao Yu, las miradas de los jóvenes prodigios se dirigieron todas hacia él.
Duan Ling Tian no era la excepción.
La razón por la que había venido a participar en esta reunión de jóvenes prodigios no era por la clasificación, la Lista de Dragones Ocultos, o como se llame; eso no le interesaba en lo más mínimo.