En la opinión de Leylin, todas las famosas personas poderosas, ya fuera en su vida pasada o en la actual, tenían algo en común. Una vez que decidían su objetivo, avanzaban con fortaleza y tenían una fe absoluta en su camino. Como habían marcado su rumbo mucho tiempo antes, no le temían a nada y eran inescrupulosos.
En su búsqueda de la eternidad y la libertad, a Leylin no le importaban las vidas de los nativos.
—Todo lo que persigo en esta vida es la eternidad. Incluso si caigo a mitad de camino y enfrento las consecuencias de mis acciones, no me arrepentiré...
Un fuerte brillo resplandeció en los ojos de Leylin, prueba de su firme resolución. Con tal motivación, asesinar humanos, quemar ciudades y eliminar a cientos de personas era un simple sacrificio en su camino superior.
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