Lo que siguió después fue que Leylin encontró lo más valioso de su botín.
Miró a la pila de objetos que estaba frente a él y murmuró indeciso algo para sí mismo.
Había algunos objetos rotos: una daga que estaba partida al medio y los restos de una palma de plata con un collar de plata incompleto que emitía rayos de vez en cuando.
Los tres discípulos que murieron en manos de Leylin eran los Magos potenciales de las academias enemigas. Entonces, ¿cómo es que no tenían ningún artefacto mágico en sus cuerpos?
Era una pena, sin embargo, que la daga rota de la discípula rubia sólo haya sido usada para convocar el aura del abismo. Leylin aún no podía comprender qué función debían cumplir los demás objetos.