Cuando esas palabras salieron, el rostro de Linley no pudo evitar cambiar.
Si no fuese debido a que estaba preocupado por Elquin, habría matado a Linley hace mucho tiempo. Después de todo, como Salomón lo veía, Linley era alguien que debería haber estado del lado de Elquin. Naturalmente, él no ofendería fácilmente a Elquin.
—¡Salomón, eres un desgraciado! —Bebe inmediatamente gritó con furia—. Te lo dije, mi jefe definitivamente no reveló tu secreto. ¿Por qué estás tan convencido de que fue mi jefe quien lo hizo? ¿Y quieres matarlo? ¡¡¡Eres un hijo de perra, un desgraciado, un desgraciado!!!
Bebe realmente quería matar a Salomón en este momento, ¡pero su fuerza era muy inferior!
—Salomón, en todo el camino, Linley permaneció dentro de la criatura metálica. ¿Cómo pudo haber tenido la oportunidad de revelar tu secreto?
Delia también estaba frenética. Ella temía que Linley fuese asesinado.