La noche era tan fría como el agua. Un viento suave sopló, y con ella, el cuerpo de Linley viajó a decenas de kilómetros. A pesar de que la base del valle del Conglomerado Dawson estaba a miles de kilómetros de distancia del Castillo Sangre de Dragón, para el actual Linley, ese tipo de distancia no era nada en absoluto.
El viento se detuvo, y el cuerpo de Linley se reformó y se volvió claro.
Mirando hacia abajo en la cadena de montañas, en especial ese desfiladero notable, vio que en el centro del desfiladero estaba esa importante rama del Conglomerado Dawson. Sólo al confiar en su sentido del viento, él era capaz de discernir que había una gran cantidad de personas dentro del desfiladero.
—¿Son esos los esclavos que han sido enviados aquí? —rio con frialdad.
En ese punto, él ya sabía que el motivo por el que el Conglomerado Dawson estaba comprando tantos esclavos era por el bien de esa Deidad, la cual estaba refinando almas.