Todos los vitoreos y gritos se detuvieron. Solo permaneció el sonido de la pelea entre los dos personajes. Los espectadores que observaban desde casa querían saber exactamente lo que había pasado, pero los comentaristas, quienes habían estado hablando emocionadamente hace nada, de repente se quedaron callados. Parecía que lo único que podía escucharse de ellos era el sonido de toses.
Pan Lin y Li Yibo estaban a punto de llorar. Ambos sintieron como si los hubieran arrojado al escenario desnudos y los hubieran obligado a dar vueltas. Era tan vergonzoso que no les quedó dignidad que rescatar.
¿Qué podían decir? ¿Qué se atrevían todavía a decir?
Aun si los dos tuvieran millones de cosas que decir sobre la situación actual, no podían formar las palabras. Los adornos que los dos habían dicho momentos antes se sentían como un látigo. Después de darle vuelta al látigo, había terminado alrededor de sus propios cuellos. Mientras más jalaban, más difícil era decir algo.