—¡Que agallas! —exclamó Pan Lin.
El estilo sucio le provocaba una sensación de desprecio a la gente, sin nada de heroísmo. El que Fang Rui se agachara a esperar allí era muy despreciable, pero sacarle provecho al referí fue extremadamente osado. Ya tenía una tarjeta amarilla, pero todavía se atrevió a desafiar al referí.
—Es por eso que se movió después de los 17 segundos —dijo Li Yibo—, estaba minimizando el castigo. Si hubiera sido castigado, gracias a ese movimiento, solo hubiera recibido una advertencia y no una tarjeta amarilla.
—¿Pero qué tal si Song Qiying no hubiese venido? ¿Le daría entonces una tarjeta amarilla el referí? —preguntó Pan Lin.
—Lo sabremos pronto —dijo Li Yibo. Él era sabio. ¿Por qué adivinar la respuesta que recibiría pronto?
En el escenario...