Ni siquiera habían subido al escenario y las burlas ya habían comenzado. Este cuchillo fue particularmente cruel para Zhang Jiale. Ni siquiera uno de los trabajadores del estadio que estaba cerca pudo mantener una cara seria.
Pero estas personas de Tyranny habían interactuado con Ye Xiu por demasiados años, y lo entendían muy bien. Y Zhang Jiale era un blanco tan fácil, sería extraño si Ye Xiu no lo molestaba un poco. Así que aun cuando Zhang Jiale expresó su indignación, Tyranny, como un todo, permaneció bastante inalterado. También estaban tan familiarizados los unos con los otros que aún si la hostilidad era alta, lo trataban todo como insultos entre malos amigos. Notablemente, cuando Ye Xiu dijo esto, algunas de las personas de Tyranny casi se rieron, tales como Lin Jingyan.
Cuando Lin Jingyan vio a Zhang Jiale voltear la cabeza para mirarlo, apresuradamente comenzó a toser. Recuperó la compostura ajustando sus lentes.