Si no estaban en el estudio de su equipo, lo más probable era que los cuatro líderes de gremio estén en sus hogares. Sin importar qué, un juego en línea rara vez se jugaba afuera. Pero en ese momento, los cuatro sintieron como si el sonido del viento hubiera ahogado las palabras de Ye Xiu.
—¿QUIÉN? —Los cuatro volvieron a preguntar con incredulidad.
—Xiao Shiqin. —Ye Xiu enfatizó otra vez.
Los cuatro se callaron inmediatamente.
—Hola. —Xiao Shiqin los saludó con impotencia. Sabía con claridad que los líderes de gremio eran el equivalente a un jefe de departamento en un Club. Los cuatro frente a él eran miembros centrales de sus respectivos clubes. Permitirles saber que estaba ayudando a Ye Qiu a robar jefes en el juego era lo mismo que decirles a esos clubes y a sus equipos sobre ello. Dentro de poco tiempo, probablemente toda la comunidad lo sabrá también.