—¿Una asesina? Um... Esa es una descripción un poco baja, por decir lo menos. Hermana, soy como una mercenaria~ —Era bastante inusual que todos vieran a la Lu Yan, que actuaba dura, actuar como una niña pequeña.
—¿Una mercenaria? Yo... Sólo he oído hablar de eso en historias y en la televisión —dijo Huo Mian con incredulidad.
—¡Te lo contaré cuando tenga la oportunidad! Estoy un poco apurada por el tiempo en este momento, y tengo un poco de hambre. Cuando lleguemos a casa, ¿puedes prepararme un plato de fideos? El helicóptero me recogerá poco después.
—¿Te vas tan pronto? —Huo Mian miró a Lu Yan, apenas enmascarando la decepción en sus ojos.