Huo Mian respiró profundo, analizó la sala y contestó: —La cabeza del cadáver miraba hacia el techo y la sangre rebalsaba de la bañera. Las extremidades desmembradas eran las manos y los pies. Los pies fueron cortados un tercio por debajo de la rodilla y los brazos se desmembraron a 25 centímetros del codo.
Luego de que Huo Mian terminara de hablar, al oficial He le cambió la cara.
—¿Cómo... cómo sabes eso?
—Porque yo la asesiné... —Huo Mian incluso rio entre dientes con la pureza que solo podía tener una niña pequeña.
Era información confidencial, nadie además del oficial He y otros pocos líderes del partido provincial tenían acceso a ella.
Cuando cuestionaron a Qin Chu, él solo decía que no había matado a nadie. Nunca dio detalles de la hora de muerte ni de la posición del cadáver.