Dos horas más tarde, Lu Jingli se había sacrificado gloriosamente. Pero aunque estaba a punto de desmayarse, todavía no había podido sacar ni media palabra de ese chico, Jiang Muye.
De hecho, Jiang Muye también estaba a punto de colapsar. Estaba claro que Lu Jingli había estado tratando de sacarle las palabras de la boca, y había aguantado hasta ahora. Era realmente difícil tener un tío tan chismoso.
Tenía la vaga sensación de que parecía haber alguna otra razón para que Lu Jingli estuviera tan determinado a resolver esto. Pero probablemente ya estaba un poco ebrio, y simplemente no podía pensar correctamente.
Lu Tingxiao era el único sobrio en la mesa. Llamó a su mayordomo para recoger a Lu Jingli. Luego se levantó y se dirigió a la sala de estar.
Se leía una palabra en la enorme pantalla del: "Superado". Ning Xi y Tesorito estaban tendidos en el sofá, profundamente dormidos.
Lu Tingxiao se acercó lentamente.